La Razón
Gilberto Aceves Navarro fue recordado este martes en el Palacio de Bellas Artes, en el homenaje de cuerpo presente que se le rinde hoy, por haber dedicado su vida a la plástica, el activismo y a la ruptura de los cánones de la creación mexicana. A las 12:15 horas los restos del pintor fueron recibidos por Los árboles de la noche triste, esculturas de acero al carbón de múltiples colores alegres, que creó este año. Lucina Jiménez, titular del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), el artista Gabriel Macotela y sus familiares lo escoltaron al vestíbulo del recinto, donde su autorretrato lo resguardaría, junto con Los gendarmes, obras humanoides y rojas que concibió durante el presente año. El Coro de Madrigalistas de Bellas Artes, dirigido por Carlos Aransay, entonaba algunas selecciones del Oficio de Difuntos, de Tomás Luis de la Victoria.
Al íntimo homenaje iban llegando amigos y seres queridos quien fue discípulo de David Alfaro Siqueiros; también se acercaban curiosos visitantes. Natalia Pollak, directora del Museo de Arte Moderno, fue la primera en dedicarle unas palabras: “con la partida del maestro perdemos a una de la últimas voces que renovaron la pintura mexicana en la segunda mitad del siglo XX; no obstante, nos lega una obra de profundo contenido emocional y de un personalísimo lenguaje: nos entrega enjambres de trazos vigorosos, colores plenos de dramatismo, figuras antropomorfas que se desdibujan en fragmentos”. Gabriel Macotela, quien fuera uno de sus tantos alumnos, expresó con dificultad y con un nudo en la garganta: “ha sido uno de los maestros más generosos, nos transformó a muchos jóvenes la forma de mirar; nos dio un ejemplo de crear alegremente”. Aceves Navarro, considerado uno de los grandes exponentes del expresionismo abstracto en el país, falleció el domingo pasado.