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Viajar a través del espacio no es solo saber dónde estás. También necesitas saber qué hora es, y un reloj de pulsera no sirve de nada. Las naves espaciales se basan en mediciones extremadamente precisas de tiempo para coordinar maniobras, y estos sistemas serán aún más importantes a medida que apuntamos a destinos distantes. Es por eso que la NASA está probando un nuevo tipo de reloj atómico de iones de mercurio, que es más pequeño y más versátil. El nuevo reloj de la NASA se dirigió al espacio a principios de esta semana a bordo del segundo lanzamiento comercial de Falcon Heavy. Ese cohete transportó 24 cargas diferentes, incluida una nave espacial de vela ligera prototipo, satélites de monitoreo de temperatura NOAA, una prueba de combustible alternativo hidracina de la NASA y otras más.
El peculiar reloj de la NASA es llamado Reloj Atómico del Espacio Profundo y fue una parte muy pequeña de la carga útil total del Falcon Heavy, pero podría ser uno de los experimentos actuales más importantes de la NASA. La mayoría de las naves espaciales actuales dependen de las señales de los sistemas basados en la Tierra para hacer todo el trabajo. Una señal va a la nave espacial desde la Tierra, y la nave espacial envía una copia. Los relojes atómicos en la Tierra miden el tiempo que tardó en regresar la señal, lo que permite a los controladores calcular la distancia y la velocidad de la sonda. El problema con este sistema es el tiempo que tarda la luz en viajar entre la Tierra y la sonda. En un viaje a Marte, tomaría aproximadamente 40 minutos para cada medición de navegación, lo que no es práctico para la navegación autónoma en tiempo real y las misiones con tripulación. Para solucionar esto, necesita un reloj atómico en la nave espacial, y eso es lo que es el Reloj Atómico del Espacio Profundo.