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Kelly Bandala
Xicotepec de Juárez es uno de los lugares más hermosos de nuestro estado gracias a su paisaje, pobladores, vegetación, etcétera; pero también es rico en historias y leyendas, entre estas hay una que causa mucha intriga y hasta cierto punto miedo, esta leyenda muy pocas personas fuera del pueblo la conocen y es la leyenda de La Casa del Monje.
Si no sabes de qué se trata, a continuación te la contamos.
En el año de 1958 llegó a Xicotepec un matrimonio, el señor y la señora Tejeda Vázquez, los cuales decidieron quedarse a vivir en el pueblo. De este matrimonio nació un niño al cual llamaron Carlos.
Aquel niño fue creciendo y, a pesar de que muchos decían que era demasiado inquieto, este desarrolló múltiples habilidades; una de ellas era la pintura. Desde muy pequeño a Carlos le encantaba dibujar paisajes y gracias a esto, en su adolescencia, decidió dedicarse por completo a la pintura. Aquel adolescente adquirió práctica y cada vez pintaba mejor lo que le permitió ganarse el reconocimiento de muchas personas.
Carlos, como todo joven, se enamoró de una chica que veía pasar a diario pero nunca se armaba de valor para hablarle, además estaba muy concentrado en sus cuadros de pintura como para dejarlos por una mujer. Un día el joven decidió buscar a aquella chica y fue al lugar donde siempre la veía pero no duró mucho su entusiasmo pues al llegar a aquel lugar la encontró en los brazos de otro hombre.

Carlos sufrió la decepción más grande y para remediar esto tomó la decisión de refugiarse en un monasterio en donde él estaba seguro de que poco a poco sanaría su corazón.
Lamentablemente Carlos estaba equivocado pues nada resultó como esperaba; las palabras de los monjes de aquel monasterio no podían borrar la rabia que el joven tenía, de hecho cada día se convencía más de vengarse de la mujer que había destrozado su vida.
La rabia y el rencor amargaron el corazón de Carlos así que decidió regresar a su casa para probar mejores soluciones pero al toparse con sus padres lo único que pudo hacer fue desquitar con ellos todo lo malo que había ocurrido en su vida; tomó una espada y les cortó la cabeza.
El joven al darse cuenta del crimen tan atroz que había cometido se volvió loco y decidió quitarse la vida.
Actualmente la casa en donde se supone que tuvo lugar este horrible acontecimiento tiene acceso por la mañana y tarde y el costo es de 10 pesos; puedes disfrutar de un recorrido por el lugar pero debes tener cuidado pues se dice que el alma de Carlos ronda por el jardín y que cada 4 de octubre se le puede ver en su tumba.