La economía de México se verá más afectada en un sentido relativo en términos de empleo en lugares con una alta concentración de mano de obra, como las ciudades a lo largo de la frontera
El Economista / BBC Mundo
Enoch Castellanos, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), advirtió que el gobierno federal debe tomar acciones de reactivación de la economía “ya”, en calidad de urgente, porque de lo contrario, hacerlo después costará mucho en pobreza, hambre y desempleo.
El sector empresarial en México discrepa con el “optimismo desbordado” del presidente Andrés Manuel López Obrador de que la economía mexicana tendrá un rebote hacia la recuperación, luego de que el Producto Interno Bruto (PIB) cayó 18.9% durante el segundo trimestre del 2020; a lo que advirtió que en esta ocasión, la relación con Estados Unidos “no será el mecanismo para lograr una reactivación económica automática” debido a la recesión que presenta.
Ante estos momentos críticos, el gobierno federal debe tomar acciones de reactivación de la economía “ya”, en calidad de urgente, porque de lo contrario, hacerlo después costará mucho en pobreza, hambre y desempleo, dijo Enoch Castellanos, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra).
“No coincido con el optimismo desbordado del presidente de México y el gobierno, de que va rebotar la economía con la misma fuerza con la cual cayó para hacer un efecto en V, porque no hay los fundamentos para repuntar la economía: sin estímulos, sin la política contracíclica, ni la expansión en el gasto, ni la inversión pública–privada para que esto se dé”, acotó el líder de los industriales de la transformación en México.
“El peso de la actual inercia recesiva es el más grande en la historia de México. Se requiere de un programa económico emergente para hacerle frente”, aseveró José Luis de la Cruz, presidente del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC).
Advirtió que en esta ocasión, Estados Unidos no será el mecanismo para lograr una reactivación económica automática, ya que durante el segundo trimestre la primera economía del mundo retrocedió 32.9 por ciento. Al mismo tiempo, el último reporte de solicitudes de seguro de desempleo muestra que la recuperación de su mercado laboral ha comenzado a moderarse.
José Manuel López, presidente de la Concanaco-Servytur, dijo que si bien la pandemia de Covid-19 ha ocasionado inactividad, el problema en México ha sido que ante la falta de apoyos gubernamentales, a diferencia de los otorgados en el resto del mundo para paliar la crisis económica, lo cual derivó en caída drástica de empleo, cierre de empresas y disminución de las exportaciones y ventas. “Esto ha llevado al país a una afectación de la economía que podría tardar años en recuperarse”, acotó.
“El coronavirus empezó siendo un problema sanitario, que ya es también económico, que si no se toman medidas urgentes, se convertirá en social. El cierre de negocios está provocando pérdidas de empleo, que a su vez impacta en el consumo interno y ocasionará que muchas familias ya no puedan adquirir ni la canasta básica para subsistir”, dijo el líder de los comerciantes establecido del país
Cómo afecta la cuarentena a la economía de México y de EE.UU.
Desde la producción de automóviles y tractores agrícolas, pasando por la fabricación de aviones de combate, y hasta en la operación de cajeros automáticos: la industria de México y Estados Unidos depende de lo que se fabrica en ambos países.
La maquinaria de intercambio en ambos lados de la frontera había avanzado bien aceitada desde la crisis económica de 2010 hasta toparse con un freno inesperado este año: la pandemia del nuevo coronavirus.
La emergencia sanitaria llevó al cierre de fábricas en ambos países para evitar la propagación del virus entre obreros, pero el avance de la pandemia supuso un punto de inflexión al comercio que el año pasado se cifró en US$670.000 millones, según el Departamento de Comercio de EE.UU..
Un tercio de ese monto corresponde a la producción de manufactura, vehículos y bienes de consumo, los cuales están ahora paralizados en México y de los cuales depende la industria en EE.UU.
Grandes sectores de la producción automotriz están cerrados en México
Sin los insumos y la fabricación hecha en México, la industria estadounidense está en serias dificultades.
Un ejemplo es la planta de la firma estadounidense Honeywell, en Ciudad Juárez, México, la cual realiza trabajos de manufactura para empresas de EE.UU., entre ellos la fabricación de alarmas contra incendios.
El CEO de Honeywell, Darius Adamczyk, fue uno de los más de 350 firmantes de una carta para el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador que pide la designación de decenas de fábricas y plantas industriales como “esenciales” y que sigan operando.
Pero a las afueras de una planta de Honeywell en Ciudad Juárez, empleados protestaban la semana pasada con carteles que decían que las alarmas no son esenciales y que las vidas sí lo son, ante los riesgos de contagios de covid-19.
“El gerente dijo que somos trabajadores esenciales. No creo que una alarma sea esencial”, dijo uno de los trabajadores a la prensa en la protesta.
Diferencias de criterio
El qué consideran los gobiernos de EE.UU. y México como industrias con “actividades esenciales”engloba la mayor parte del problema, tanto de protección sanitaria como de reactivación económica.
Mientras que en EE.UU. varios sectores industriales, como los manufactureros, tienen el beneficio de seguir operando al ser considerados primordiales (aún y con los riesgos sanitarios que plantea), en México no es así.
Firmas tan diversas como constructoras, de fabricación de trenes, de herramientas para la agroindustria, de electrónicos, y hasta de productos médicos, entre otras, han pedido a México que reabra las plantas que los suplen.
También en el sector militar de EE.UU. hay dificultades para obtener suministros producidos en el país vecino, dijo la subsecretaria Ellen M. Lord desde el Pentágono.