La actriz denunció la complicidad de la congregación religiosa y de otros miembros del colegio donde estudiaba, quienes permitieron los hechos
La conductora de televisión Ana Lucía Salazar denunció haber sido víctima de abusos sexuales por parte del sacerdote Fernando Martínez, miembro de los Legionarios de Cristo. En una publicación hecha en sus redes sociales, la actriz mexicana pidió información sobre el paradero del legionario, quien presuntamente abusó de ella a la edad de 8 años. “Esta era yo cuando tuve la desgracia de toparme con el pederasta Fernando Martínez en Cancún en 1991-1992 en el Instituto Cumbres”, se puede leer en la publicación. De acuerdo con su testimonio, el colegio tuvo conocimiento de los casos de abuso y decidió ignorarlos, al igual que la legión, que en vez de detenerlo lo trasladó a otro estado de la República. “La gente que sabe de su historia conoce sobre los abusos que cometió en los ochentas en el Cumbres de México, y después de eso, lo encubrió la legión y lo reubicaron a Cancún en donde abusó de nosotras y de ahí lo dirigieron a Salamanca”, expuso.
AnaLu, como es conocida la conductora mexicana, aseguró que Fernando Martínez “ha abusado a lo largo de su vida de muchas niñas que permanecen en el anonimato”. Yo soy una de esas víctimas que sale después de 20 años a señalar a su abusador, sí existimos, sí somos reales, sí nos pasó. ¡No me da pena!, yo tenía 8 años. Yo no hice nada, no es nuestra culpa. Aunque dijo que su caso estaba documentado, explicó que su agresor se encuentra desaparecido, por lo que necesita más información sobre su paradero. Lucía Salazar, quien dijo ser la primera mujer en denunciar públicamente un caso de abuso sexual cometido por un miembro de la Legión de Cristo, compartió en redes sociales una serie de documentos para respaldar su testimonio, así como varias fotografías de ella cuando era una niña y del presunto agresor. También añadió información sobre la presunta cómplice de Fernando Martínez, identificada como Aurora Morales González, quien era profesora en el Instituto Cumbres. Según el testimonio, esta mujer participó y encubrió por más de un año los abusos cometidos por el legionario.