El expresidente de Perú, Alberto Fujimori, quien gobernó de 1990 a 2000, recibirá la libertad de prisión, donde cumplía una sentencia de 25 años por abusos a los derechos humanos.
EFE
El Tribunal Constitucional de Perú ordenó este martes la liberación del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), a pesar de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) ordenó lo contrario el año pasado.
”Este Tribunal Constitucional ordena que el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) y el director del Penal de Barbadillo (donde permanece recluido), en el día, dispongan la inmediata libertad del favorecido, Alberto Fujimori”, reza un auto del TC.
El expresidente peruano Alberto Fujimori (1990-2000), condenado a 25 años de cárcel por abusos a los derechos humanos, está esperando con “paciencia” y “tranquilidad” su excarcelación, afirmó el pasado 29 de noviembre su abogado Elio Riera.
Consultado ese día por la prensa, antes de ingresar al penal de Barbadillo donde Fujimori está recluido, Riera explicó que el exmandatario “está esperando con mucha paciencia la ejecución del mandato del Tribunal Constitucional”, en alusión a un fallo que determinó que debía restituirse el indulto que le fue otorgado en 2017.
El letrado añadió que Fujimori, de 85 años, tiene enfermedades que se agravan con el tiempo y que confían en que “pueda pasar sus últimos días (en libertad) con su familia”.
El indulto, otorgado el 24 de diciembre 2017, ya había sido anulado por el Poder Judicial en 2018, luego que la CorteIDH pidió al Estado peruano garantizar la administración de justicia para las víctimas de las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, los casos por los que Fujimori fue condenado a 25 años de prisión.
Alberto Fujimori fue presidente de Perú entre 1990 y el 2000, tiempo en el que también se propició un autogolpe de Estado en 1992. Cuando fue elegido por tercera ocasión en el año 2000, como mandatario viajó a Asia, donde se exilió en Japón y consiguió la nacionalidad de aquel país. Desde allá presentó su renuncia a la Presidencia peruana y evadió a la justicia durante un tiempo.
Fujimori fue condenado en 2009 por los delitos de homicidio calificado, lesiones graves y secuestro agravado por trato cruel.
En su largo expediente judicial destaca su responsabilidad como autor mediato de los crímenes de Barrios Altos y La Cantuta, ocurridos en 1991 y 1992 respectivamente, acciones en las que militares del llamado Grupo Colina acabaron con la vida de 25 personas.
En 2017, el entonces presidente peruano Pedro Pablo Kuzcynski le concedió un indulto “por razones humanitarias” basándose en sus supuestos problemas de salud, y Fujimori fue puesto en libertad.
En 2018, el Tribunal Supremo anuló el indulto tras revisar el caso a instancias de la CIDH y Fujimori volvió a la cárcel.
ALBERTO FUJIMORI: HISTORIA DEL EXPRESIDENTE MÁS POLÉMICO DE PERÚ
El expresidente Alberto Fujimori es probablemente la figura política peruana más controversial de las últimas décadas. El exmandatario es amado y odiado por los peruanos y la reciente aprobación del Tribunal Constitucional de este país para sacarlo de prisión ha vuelto ha encender la llama de la polémica. Crímenes de autoritarismo o corrupción son algunos de los escándalos que marcaron su gobierno entre el año 1990 y el 2000.
Alberto Fujimori llegó al poder en un momento crítico para Perú. Para finales de la década de 1980, el país andino sufría una de las hiperinflaciones más elevadas del planeta y estaba envuelto, desde hacía décadas, en un conflicto armado contra la guerrilla maoísta Sendero Luminoso, que había dejado decenas de miles de víctimas. Una crisis que este ingeniero de ascendencia japonesa supo aprovechar postulándose como un candidato diferente a los partidos tradicionales de Perú.
SU LLEGADA A LA PRESIDENCIA SE PRODUJO EN UN MOMENTO CRÍTICO PARA PERÚ
Su principal reto a su llegada a la presidencia fue mejorar la situación económica peruana. Con una política neoliberal comenzó a privatizar empresas clave del sector público peruano para atraer inversión extranjera y logró reducir la hiperinflación que azotaba al país desde hacía años. Los resultados elevaron su popularidad entre la población.
El otro punto fuerte de sus políticas de gobierno fue la lucha contra el terrorismo. Fujimori endureció el combate contra Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru con el objetivo de terminar con su influencia. El operativo tras el secuestro de la embajada de Japón en Lima por este último grupo en 1997, en el que murieron los 14 terroristas es un ejemplo de su actuar para con las guerrillas.
Una postura dura que hizo que el grupo armado retrocediera, pero que también se utilizara violencia de Estado contra miles de personas. El Gobierno de Fujimori financió y armó a grupos paramilitares que operaban como escuadrones de la muerte contra todo civil sobre el que hubiera una sospecha de colaboración con la guerrilla.
MASACRES Y AUTORITARISMO
Algunas de estas acciones fueron actos de violencia indiscriminados contra inocentes. El 3 de noviembre de 1991 se produjo la masacre de Barrios Altos, en la que fueron asesinadas 15 personas que estaban en una reunión vecinal y en julio de 1992 nueve alumnos y un profesor universitario fueron asesinados en La Cantuta por tener supuestos nexos con Sendero Luminoso. Las sospechas por crímenes de lesa humanidad contra Fujimori comenzaron a rondar durante estos años, pero el mandatario se escudó en la tolerancia cero con los terroristas.
Desde un comienzo, Alberto Fujimori mostró tener un carácter con tendencia al autoritarismo. Algo que se confirmó en 1992. El 5 de abril de ese año el mandatario se dio un auto golpe de Estado en el que, con ayuda del Ejército, se tomó el Congreso y las sedes judiciales.
Fujimori no controlaba el órgano legislativo y sus leyes eran constantemente bloqueadas, algo que sirvió como pretexto para esta intervención aprovechando el descredito que sufría la política tradicional entre la sociedad. Tras el ‘fujimorazo’ su poder aumentó y fue reelegido en 1995.
REELECCIÓN Y DENUNCIAS POR ESTERILIZACIONES FORZADAS
Su segundo mandato comenzó con un plan de salud pública que fomentó la esterilización entre mujeres de bajos recursos con el objetivo de frenar la pobreza en el país. Una medida polémica que lo fue más cuando se empezaron a denunciar esterilizaciones forzadas en condiciones infrahumanas a mujeres indígenas y pobres de áreas especialmente rurales.
Los datos son contradictorios, pero se estima que durante su Gobierno se esterilizaron alrededor de unas 350.000 mujeres y 25.000 hombres, pero no se sabe con exactitud cuántas fueron forzadas.