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El informe titulado “Su hijo no existe aquí” documenta casos de violaciones de derechos humanos mientras rigen en El Salvador
AFP y el País
Más de 3 mil menores de edad se encuentran presos en El Salvador bajo un régimen de excepción vigente desde 2022, afirmó este martes Human Rights Watch (HRW), que denunció “malos tratos”, “detenciones indiscriminadas” y casos de tortura en el país.
En un informe titulado “Su hijo no existe aquí”, la organización documentó casos de violaciones de derechos humanos mientras rigen en El Salvador normas extraordinarias para combatir a las pandillas.
Los datos que tenemos entre marzo de 2022 y diciembre de 2023, es que 3 mil 319 niños y niñas fueron detenidos”, dijo la directora de las América de HRW, Juanita Goebertus, al presentar el informe en San Salvador.
El documento da cuenta de numerosas redadas de la policía y el ejército en comunidades vulnerables, donde la violencia de las pandillas era constante, con un balance de más de 80 mil detenidos, incluidos los menores.
Asimismo, el informe dice que más de mil niños han sido condenados, con penas que van de dos a 12 años de prisión, en algunos casos “por cargos definidos de forma excesivamente amplia […] y frecuentemente sobre la base de testimonios policiales no corroborados”.
Los niños, niñas y adolescentes de comunidades vulnerables en El Salvador han sufrido graves violaciones a los derechos humanos debido a las detenciones indiscriminadas implementadas por el gobierno” del presidente Nayib Bukele, aseguró Goebertus.
Bukele lanzó en marzo de 2022 una “guerra” contra las pandillas al amparo del régimen de excepción, que permite arrestos sin orden judicial. Fue decretado por el Congreso tras una escalada de violencia que cobró la vida de 87 personas.
El gobierno debería implementar una política de seguridad efectiva y respetuosa de los derechos humanos”, afirmó Goebertus, quien aseguró que “no es cierto que el pueblo salvadoreño tenga que escoger entre seguridad o derechos humanos”.
“Permitir que se violen derechos humanos, supuestamente para proteger la seguridad, empieza rápidamente a erosionar de tal manera el estado de derecho y la democracia que luego no quedan derechos para proteger a los ciudadanos”, expresó.
El gobierno no ha comentado el informe.
TORTURA POR CONFESIONES FALSAS
Un caso documentado por HRW es el de un estudiante de 16 años que fue detenido en mayo de 2022 en Sensuntepeque, a 83 km al noreste de la capital, San Salvador.
Un familiar dijo a Human Rights Watch que los soldados lo obligaron a desvestirse, le quemaron el torso con un encendedor y le ordenaron que confesara a qué pandilla pertenecía”, dice el informe.
HRW sostuvo que el joven fue acusado de integrar agrupaciones ilícitas “sobre la base de un único testimonio de un ‘testigo criteriado’ anónimo, y condenado a seis años de prisión”. Todavía está preso.
En muchos casos, las autoridades forzaron a los menores a realizar confesiones falsas, mediante una combinación de acuerdos judiciales abusivos y, a veces, malos tratos o tortura”, dijo HRW.
La oenegé salvadoreña Cristosal consignó la semana pasada que al menos 176 niños quedaron en orfandad por el deceso de alguno de sus progenitores presos, mientras que 261 adultos “han muerto bajo custodia estatal entre 2022 y 2024”.
Bukele rechaza acabar el régimen de excepción y desestima las críticas de grupos humanitarios, mientras su comisionado de derechos humanos, Andrés Guzmán, niega casos de tortura.
Con su cruzada los homicidios se redujeron drásticamente y Bukele se convirtió en el mandatario más popular de América Latina, según una encuesta regional. En febrero fue reelegido con el 85% de los votos.
REVISAR CASOS
HRW recomendó “establecer un mecanismo” para revisar los casos de detenidos “sin evidencia creíble y disponer su liberación inmediata”.
Sobre los menores “identificados de forma creíble como miembros de pandillas, los jueces deberían tener en cuenta factores atenuantes como circunstancias del reclutamiento del niño, el contexto familiar y social y su relativa falta de madurez”, dijo.
HRW pidió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos publicar “prontamente” un informe sobre “las violaciones” a los derechos humanos en el país y “solicitar permiso” al gobierno de Bukele para visitar las prisiones.
Las niñas también han sido víctimas de estos abusos. HRW recoge el testimonio de Carolina, de 17 años y detenida el 1 de julio de 2022 por policías y soldados un pueblo rural del departamento de Sonsonate. “No le mostraron una orden de detención. La acusaron de colaborar con las pandillas.
Según Carolina, la llevaron a una delegación policial donde estuvo detenida durante siete días con mujeres adultas. Un agente de la policía intentó coaccionarla para que identificara a un miembro de una pandilla, a quien ella no conocía, a cambio de ser liberada”, denuncia HRW. La joven fue trasladada a un centro de detención juvenil, donde estuvo recluida en una celda pequeña e insalubre junto con otras 25 niñas y adolescentes.
“Meses después, un juez presionó a Carolina y a otros siete menores para que conjuntamente se declararan culpables de colaborar con la pandilla MS-13, lo que ella niega”, ahonda HRW.
La MS-13, o Mara Salvatrucha, es una de las organizaciones de pandillas más temidas en El Salvador por el salvajismo con el que cometían sus crímenes, que incluyen violación, contrabando de armas, secuestros, asesinatos y vínculos con el narcotráfico y el crimen organizado internacional.
Algunas organizaciones estiman que este grupo ha llegado a contar con más de 25.000 integrantes. Carolina contó a HRW que el juez que la procesó la amenazó a ella y otros tres menores con penas el doble de largas si rechazaban el acuerdo en el que declaraban su culpabilidad. Todos se declararon culpables y fueron sentenciados a un año de prisión. “No teníamos opción”, dijo Carolina. “Todos queríamos estar con nuestra mamá”, agregó.