La actriz mexicana contó de su regreso al teatro y cómo el divorcio de sus padres le ayudó a la interpretación de su papel en “Roma”
Infobae
La mexicana Marina de Tavira, nominada al Óscar a mejor actriz de reparto por “Roma”, volvió al país sin estatuilla pero llena de aprendizajes, desde comprender mejor a los personajes que interpreta, hasta a lidiar con la atención mediática. A pesar del cansancio al que se expuso los últimos meses, de Tavira volverá a sus orígenes con una obra de teatro que comenzará a ensayar esta semana y que compaginará con su “tarea más grande: ser mamá”. Este es el proyecto “dentro de mi corazón, el más cerquita, el que importa más”, dijo durante su participación en el foro “What a Woman”, que finalizó este domingo en la Ciudad de México. La actriz destacó lo difícil que es encontrar el equilibrio perfecto y aprender a optimizar su tiempo, incluso memorizando textos en la fila de la escuela.
A pocos días de que se conmemore el Día Internacional de la Mujer, mencionó que compaginar responsabilidades laborales y familiares es difícil cuando se lucha contra un mundo violento para las mujeres. “Siempre he pensado que la manera en la que podemos como mujeres, como personas, combatir el acoso es a partir de la educación de los niños”, y evitar, por ejemplo, que se enseñe a los varones que es bueno “tener muchas mujeres”, dijo Marina de Tavira en entrevista con la agencia EFE. “Eso es violencia, hay que formar y educar en la equidad y en el respeto”, agregó. Al hablar de lo complicado que es en México combinar la maternidad y el trabajo, Marina llamó a las mujeres a acercarse al arte, pues este resulta ser “transformador, un liberador del dolor que sana”, lo cual confirmó en “Roma” al interpretar a Sofía, la madre de la familia que vive y padece la separación de su esposo.
“No hay trabajo de actor que no trate de agarrar de mil cosas. Así trabajo, es mi técnica. A lo mejor el personaje no tiene nada que ver con tu vida pero siempre trato de que el rebote emocional tenga que ver con mi vida para poder proyectar con verdad”, explicó la mexicana. Con “Roma”, un proyecto que empezó de la memoria del mexicano Alfonso Cuarón, quien ganó el Óscar a mejor director, fue una de esas veces en las que empatizar con el personaje que iba a interpretar le salió de manera natural porque le recordaba a su propia historia. Los padres de Marina de Tavira se divorciaron en los años ochenta siendo esta “una experiencia que además de dolorosa te marcaba” porque “había mucha estigmatización a los hijos de padres divorciados y por supuesto a la mujer”. “Fue ese momento de mi vida donde pierdes el paraíso de la inocencia de la infancia”, platicó con nostalgia.