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Eduardo Romero
Hace ya un lustro que Cruz Azul jugó una de las finales más importantes que pudo haber disputado, ya que se enfrentó al rival más odiado por parte del aficionado cementero, el América, sin embargo, un demonio se apoderó de aquel 26 de mayo de 2013 del Estadio Azteca, y con un cabezazo por parte del guardameta azulcrema, Moisés Muñoz, la desviación de Alejandro Castro, y la mirada de sufrimiento de Jesús Corona, al ver que el balónc ambiaba de dirección, hizo su efecto. A cinco años de aquella lluviosa noche trágica, se le vuelve a presentar una oportunidad al Cruz Azul. Sí, una vez más enfrentará al club americanista, con sus 12 campeonatos de liga y, sí, también el equipo cementero se enfrentará con sus 21 años de sequía que se cumplieron hace algunos días. Pero en esta ocasión, se ve un Cruz Azul diferente, con una actitud que le llena de esperanza a toda su afición, que anhela desde ya hace mucho, pero mucho tiempo, un campeonato cementero. Desde el ingreso de Paco Jémez, se pudo apreciar a un equipo diferente, e incluso los regresó a una fase de liguilla que ya tenía mucho tiempo no se conseguía, pero, lo más importante:logró unir a la afición y hacerlos sentir identificados con cada uno de los futbolistas.

En este 2018 se diola noticia de que el portugués Pedro Caixinha iba a estar en el timonel azul,lo que causó alegría a muchos. Y para el Torneo Apertura 2018, se agregó a la lista Ricardo Peláez con sus refuerzos a tiempo, el cambio de estadio, dejando al Azul por el Azteca, cambio de jersey, la reincorporación de la porra azul al apoyo del equipo, entre otros aspectos. Ahora es la oportunidad de vencer a todos esos miedos que se vivían en cada uno de los encuentros de Cruz Azul, en uno de los campeonatos cortos más disputados por parte de los ocho equipos que entraron a la liguilla. La Máquina, de Pedro Caixinha, sin darse cuenta, tuvo una liguilla rodeada por los últimos equipos que le ganaron. las últimas finales de liga, Santos, Toluca, Monterrey y con su rival de la gran final,América. Si éste no es el tan esperado ’año bueno’ del club cementero, entonces no se sabe cuál sea. Toda la afición cementera está confiada en que el equipo podrá hacer la hazaña en el estadio en donde tuvo su mejor época el equipo, y contra el partido más importante del torneo, o al menos simbólicamente hablando. Serán 180 minutos, o quizá más, pero no puede fallarle a todos aquellos personajes anónimos que van a apoyarlo cada que juega. Porque una vez más confiaron en el equipo, una vez más hay ilusión de la afición, y esta vez no puede fallar. Jueves y domingo son los días esperados para deshacer aquel demonio de 21 años, y sí, Cruz Azul está en el estadio en el que perdió aquel campeonato de 2013 y tendrá dos noches para hacer un señor exorcismo a ese ser maligno.