AL MENOS 45 personas murieron luego de que un avión de la Fuerza Aérea de Filipinas se estrellara en el sur del país este domingo.
BBC/Infobae
Más de 40 personas han sido rescatadas de los restos en llamas y trasladadas al hospital, señaló el jefe de las Fuerzas Armadas de ese país, Cirilito Sobejana.
Se informó que el avión, un Hércules C-130, intentaba aterrizar en Jolo, en la provincia de Sulu, cuando se salió de la pista.
“Estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo para rescatar a los pasajeros, nuestros comandantes de tierra ya están allí”, dijo el general Sobejana a los periodistas.
El avión, que se estrelló a las 11:30 hora local, transportaba a 92 personas, en su mayoría tropas de Cagayán de Oro, una de las ciudades más importantes de la isla sureña de Mindanao.
Mediante un comunicado el funcionario informó que 92 personas, la mayoría de ellos personal del ejército, estaban a bordo cuando se estrelló en la isla de Jolo en la provincia de Sulu alrededor del mediodía de ese país.
Por lo menos 49 soldados fueron rescatados con lesiones y sobrevivieron al ardiente accidente en una zona de cocoteros en la periferia del aeropuerto de Jolo, en la provincia Sulu, incluida una persona que intentó brincar de la aeronave antes de que estallara y terminara cubierta en llamas, informaron funcionarios del ejército. Tres de los seis aldeanos que fueron alcanzados por la aeronave en el suelo fallecieron.
Inicialmente, la aeronave despegó de Manila con sólo unos cuantos pasajeros a bordo, incluido el general del ejército de dos estrellas, Romeo Brawner Jr., quien descendió con su esposa y tres hijos en la ciudad Cagayán de Oro, en donde el lunes tiene programado ocupar el puesto de comandante militar regional. Las tropas subieron al C-130 en Cagayán de Oro para dirigirse a Sulu.
Brawner estaba impactado cuando se enteró que el avión en el que acababa de viajar se estrelló. “Estamos muy agradecidos de haber sobrevivido, pero extremadamente tristes de que tantos perdieran la vida”, dijo a The Associated Press.
Según informaron los medios locales, el avión realizaba la maniobra de aterrizaje cuando se pasó la pista y no pudo volver a agarrar. Las autoridades mantienen una misión de búsqueda y rescate de las personas a bordo del avión militar.
Muchos de los pasajeros se habían graduado recientemente de la formación militar básica y estaban siendo desplegados en la isla como parte de una fuerza conjunta que lucha contra grupos armados en esta región de mayoría musulmana.
Las autoridades dijeron que el personal lesionado fue transportado a un hospital en Sulu o a la cercana ciudad de Zamboanga y que las tropas seguían buscando a los desaparecidos. “Según los testigos, se vio a varios soldados saltando de la aeronave antes de que golpeara la tierra, lo que les libró de la explosión provocada por el choque”, afirmó un comunicado militar.
En las primeras imágenes del lugar del accidente aparentemente se apreciaba un cielo despejado en Sulu, aunque otras partes de Filipinas han registrado lluvias a causa de una depresión tropical. El aeropuerto de la localidad principal de Sulu, Jolo, se encuentra a unos pocos kilómetros (millas) de una zona montañosa donde las tropas combaten contra Abu Sayyaf. Algunos milicianos se han declarado seguidores del grupo extremista Estado Islámico.
Estados Unidos y Filipinas consideran a Abu Sayyaf como organización terrorista por ataques con bombas, secuestros a cambio de dinero y decapitaciones. El grupo se ha visto muy debilitado por años de ofensivas del gobierno, pero sigue siendo una amenaza.
Un funcionario de la fuerza aérea dijo a The Associated Press que la pista de aterrizaje de Jolo es más corta que la mayoría en el país, lo que dificulta a los pilotos maniobrar si una aeronave falla el punto de contacto para el aterrizaje. El oficial, quien ha volado aeronaves militares desde y hacia Jolo varias veces, habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado para hacerlo públicamente.
El ejército tiene una fuerte presencia en el sur de Filipinas, donde operan grupos como Abu Sayyaf, que suele llevar a cabo secuestros para obtener rescates.