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El Código Penal Federal contempla sanciones a personas que realicen actividades que atenten contra la biodiversidad
Ángel Fuentes
El pasado 6 de agosto pobladores de Jolalpan denunciaron la presencia de cazadores furtivos disparando a ejemplares del venado de cola blanca (especie en peligro de extinción y que con esmero regresa a los bosques de Puebla luego de años de ausencia).
Los habitantes de la región expresaron su descontento para con las autoridades municipales debido a sus nulas estrategias para combatir estos ilícitos realizados en los bosques de Huachinantla, Santiago Mitepec y Xochitepec.
A decir de uno de los lugareños, en Jolalpan se hace evidente la falta de estrategias para proteger a las especies: “Si bien la cacería se podría desarrollar de manera sustentable, como en otros lugares, donde se permite la cacería sólo para la gente local y por temporadas; en Jolalpan no existe ningún tipo de control ni de parte de las autoridades ni de la gente local”.
Es importante destacar que el Código Penal Federal contempla sanciones, a personas que realicen actividades que atenten contra la biodiversidad, que van de uno a nueve años de prisión (con posibilidad de aumentar tres años si se comprueba que las especies capturadas están en peligro de extinción); además de una multa de hasta tres mil días de salario mínimo.
“Dragoncito azul” también es una especie endémica amenazada
Al igual que el venado de cola blanca, el dragoncito azul o Abronia Gramínea, es una especie afectada por la cacería y la destrucción de su hábitat; por ello, desde 2007, el animal fue declarado en peligro de extinción.
El Dragoncito azul o Abronia Gramínea mide de 8 a 10 centímetros de largo, sin contar la cola, misma que puede alcanzar hasta 16 centímetros (y que, al ser prensil, le permite sujetarse de los árboles). El reptil posee un cuerpo espinoso caracterizado por su cabeza plana y alargada.
Cabe mencionar que el réptil habita, principalmente, en Veracruz y Puebla; más precisamente, en los municipios de Huauchinango, Xicotepec de Juárez y Zacatlán. Es común encontrarlo en bosques húmedos y, debido a sus escamas de color esmeralda, suele identificársele fácilmente.
De acuerdo con información de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas existen 29 especies en el mundo, de éstas, 19 habitan en México y 18 son endémicas.
Son sus características exóticas las que están provocando que se le cace, en ocasiones para venderlo por su extravagante piel; y, en otras, porque pobladores piensan que su color azul y lengua negra son indicios de un animal venenoso.
Por su parte, la bióloga Natalia Fierro, académica del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México, destacó que estos animales pueden vivir en cautiverio; empero, imperó no comprarlos, pues, al exponerse al encierro, pierden por completo sus colores y ello, en consecuencia, pone en peligro su existencia.
En el mercado negro, un ejemplar puede llegar a costar hasta 330 dólares; además, a decir de la bióloga, existe una red de comercio de Abronias Gramíneas entre México y Europa.
De igual manera, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) el animal se enfrenta, también, a la deforestación y degradación de su hábitat en aras de ocupar el suelo para actividades agrícolas.
San Nicolás de los Ranchos: hogar del Teporingo
El Teporingo o zacatuche es un conejo pequeño (entre 27 y 30 centímetros), caracterizado por sus orejas cortas y redondeadas; además de sus patas pequeñas y una cola diminuta apenas visible.
Su nombre (zacatuche) proviene del náhuatl zacatl y tochtli, términos que se traducen como: conejo de los zacatonales o conejo del zacate.
El roedor es una especie endémica que habita en las faldas del Popocatépetl y los zacatonales del centro de México.
Debido a las actividades agrícolas y ganaderas, el mamífero se encuentra, actualmente, en la lista de animales en peligro de extinción; y es que, al no poseer defensas naturales efectivas, se ve imposibilitado a habitar nuevas zonas.
De igual manera, el asedio que sufre por parte de los numerosos depredadores con que cuenta (víbora de cascabel, comadreja, coyote, lince y gavilán de cola roja) es factor que colabora a la disminución de la población de teporingos.
Cabe destacar que la posible extinción del teporingo significaría la pérdida del equilibrio ecológico existente, esto debido a que el animal funge como parte de la cadena trófica al dispersar semillas; acción que, a su vez, permite la reproducción de plantas.
Por diversas razones, es el municipio de San Nicolás de los Ranchos el único lugar de Puebla donde aún se pueden observar ejemplares.
Tan sólo en 2018, el alcalde de aquel periodo sostuvo que las áreas boscosas del Valle de los Volcanes fueron uno de los factores clave para que en el municipio permanecieran y se reprodujeran los ejemplares del teporingo.
“San Nicolás de los Ranchos es el único lugar de la entidad poblana que alberga el teporingo, un conejo de peculiar tamaño porque es más pequeño que los normales”, dijo Rodolfo Meléndez, alcalde en aquel entonces.
En la actualidad, San Nicolás de los Ranchos sigue figurando como el único lugar de Puebla en el que se pueden observar ejemplares del zacatuche; de igual manera, a decir de los datos más recientes, el teporingo continúa en grave peligro de extinción, principalmente, por el crecimiento urbano.