Mariel Serrano
El Gobierno del Estado de Puebla, a través de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), realizó un operativo de supervisión y control en el Centro Penitenciario Distrital de Huejotzingo, con el objetivo de fortalecer las condiciones de seguridad y promover entornos adecuados para la reinserción social.
Esta acción fue encabezada por personal de la Subsecretaría de Centros Penitenciarios y, se llevó a cabo con estricto apego a los protocolos legales y respeto a los derechos humanos de las personas privadas de la libertad.
En el operativo, se revisaron minuciosamente las instalaciones así como las áreas comunes del penal y, como resultado, las autoridades penitenciarias aseguraron diversos objetos prohibidos, entre ellos sustancias con características propias de droga.
En total, se decomisaron 18 envoltorios con posible cristal y marihuana, además de equipos electrónicos no autorizados como 7 pantallas, 5 controles remotos, 11 bocinas, 17 teléfonos celulares y 28 accesorios vinculados a estos dispositivos.
Asimismo, se localizaron 26 ventiladores, 4 aparatos eléctricos adicionales y 7 armas punzocortantes, consideradas de alto riesgo para la integridad tanto del personal como de los internos.
Estos objetos representan una amenaza directa al orden y a la seguridad dentro del centro penitenciario.
La Secretaría de Seguridad Pública subrayó que estas acciones forman parte de una estrategia institucional continua para mantener el control, prevenir situaciones de violencia o autogobierno, y garantizar que los centros de reclusión operen bajo estándares que favorezcan la reinserción efectiva.
Además, la SSP reafirma que continuará realizando inspecciones aleatorias y coordinadas en los distintos penales del estado, como parte de una política integral orientada a mejorar la calidad del entorno penitenciario, reducir riesgos operativos y garantizar la dignidad y seguridad de todas las personas que forman parte de estos espacios.
De igual manera, se reiteró el compromiso del Gobierno del Estado de Puebla con la transformación del sistema penitenciario, mediante políticas que privilegien la disciplina, la vigilancia constante y la eliminación de elementos que afecten el cumplimiento de las normas internas.