El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, aseguró a la 9am hora local de este lunes que las protestas masivas del domingo buscaban “fracturar la unidad” del pueblo cubano
Al grito de “libertad” y otras consignas antigubernamentales, miles de cubanos salieron a las calles en ciudades de todo el país el domingo para protestar por la escasez de alimentos y medicinas, en una notable erupción de descontento no vista en casi 30 años.
Díaz-Canel dijo en declaraciones televisadas el domingo que las protestas eran un “nivel de provocaciones sistemático” por parte de disidentes que cumplían las órdenes de Estados Unidos. Dijo que Washington en los últimos meses había tratado de desestabilizar y debilitar la economía de la isla como parte de una política diseñada para que “se provoque en Cuba un estallido social masivo”.
Las protestas son el resultado de una grave crisis económica en Cuba
La pandemia de coronavirus ha cortado los cruciales dólares del turismo.
La gente pasa ahora horas en la cola cada día para comprar alimentos básicos.
Muchos no han podido trabajar porque los restaurantes y otros negocios han permanecido cerrados durante meses.
La situación desesperada ha desencadenado un repunte en la migración por distintas vías.
BBC
Junto a su ministro de Energía y Minas, Liván Arronte Cruz, y otros miembros del gobierno, el mandatario sostuvo una rueda de prensa difundida en cadena de radio y televisión nacional para “esclarecer todo un grupo de matrices que han tratado de impulsar acciones”, según él, para desacreditar “la labor del gobierno y de la revolución”.
El jefe de Estado también afirmó que en las protestas había “delincuentes“.
“Hay un sector que delinque. Ayer vimos delincuentes. Ayer la propuesta no fue pacífica, hubo vandalismo (…) apedrearon a fuerzas de la policía, viraron carros. Un comportamiento totalmente vulgar, indecente, delincuente”, insistió.
“Nosotros no llamamos al pueblo a enfrentar al pueblo. Nosotros hicimos un llamado al pueblo a defender la revolución, a defender sus derechos. Y el pueblo apoyó”.
“Enfrentaron al pueblo con violencia y el pueblo se defiende”, calculó Díaz-Canel.
Ante la pregunta sobre los “apagones”, una de las causas que motivó el inicio de las protestas del domingo y que en el interior de Cuba se han multiplicado en las últimas semanas, el ministro Arronte Cruzle pidió “confianza y comprensión” a los ciudadanos.
Y señaló que el gobierno está trabajando para “mejorar la situación del sistema eléctrico nacional”, pese al “bloqueo económico comercial y financiero de Estados Unidos”.
“Política de asfixia económica”
Poco después, Díaz-Canel retomó la palabra para acusar a Estados Unidos de llevar a cabo “una política de asfixia económica” con el fin de “provocar estallidos sociales, incomprensiones e insatisfacciones” en la isla.
“Alientan a que se vaya de una manera desordenada a expresar y plantear lo que podemos hacer por los canales de comunicación que tenemos”.
Tras una pregunta sobre “acontecimientos vividos” en otras naciones de América Latina en las que se han “utilizado métodos similares”, Díaz-Canel comparó la situación cubana con la venezolana, asegurando que se trataba de un país “asediado” y dándole la palabra a Rogelio Polanco Fuentes, exembajador en Caracas.
“Estamos viviendo uno de los capítulos de la guerra no convencional. Tuve el privilegio de vivirlo durante varios años en la hermana República Bolivariana de Venezuela. El comandante Chávez le llamó a todo ese proceso golpe continuado”, indicó el ahora miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista cubano.
“Hablaba de una mecha lenta, como la de un explosivo que va avanzando en la pólvora hasta que llega al detonante“.
“En el caso de Venezuela, las guarimbas provocaron daños humanos y materiales de unas dimensiones extraordinarias”, estimó Polanco Fuentes.
La mayor protesta desde 1994
A gritos de “libertad” y “abajo la dictadura” miles de cubanos se lanzaron a las calles este domingo en más de 20 localidades del país, en la mayor protesta ocurrida en la isla en los últimos 60 años.
Lo que empezó como una manifestación en la ciudad de San Antonio de los Baños, al suroeste de La Habana, se fue extendiendo como chispa en polvorín por todo el país.
El mismo domingo Díaz-Canel respondió llamando a los seguidores del gobierno a salir a las calles.
Antes de este domingo, la mayor protesta que había tenido lugar en Cuba después del inicio de la revolución de Fidel Castro tuvo lugar en agosto de 1994 frente al Malecón de La Habana.