Eduardo Sánchez
Desde que Morena cobró fuerza dentro del estado de Puebla, ha existido un rechazo a políticos ex panistas que se han adherido al partido, quienes, más allá de mejorar la imagen de la organización, la han perjudicado.
Angelica Patricia Alvarado Juárez, actual presidenta municipal de Huejotzingo, es un claro ejemplo, pues llegó a la candidatura en medio de imposiciones y, una vez obtenido el triunfo en urnas, gracias al efecto AMLO, su desempeño ha sido pésimo al frente del Ayuntamiento.
El año pasado, Alvarado fue presentada como abanderada por la coalición “Juntos Haremos Historia” (PT-Morena-PES), con 38 años de edad y una licenciatura en Ciencias de la Comunicación, así como una maestría en Administración, pero la funcionaria fue rechazada por más de uno.
Y es que anteriormente fue militante del Partido Acción Nacional (PAN); ocupó el puesto de jefe de Proyectos en la Secretaría de Educación Pública (SEP) y estuvo en el área de Capacitación a Municipios, en la Secretaría General de Gobierno (SGG), durante el sexenio de Rafael Moreno Valle.
Por si fuera poco, la funcionaria también ha sido vinculada con otro ex gobernador, Mario Marín Torres, priísta que destacó por su red de corrupción, así como sus diversos escándalos como el caso Lydia Cacho, donde abusó de su poder para beneficiar a terceros.
Esta casa editorial cuenta con una fotografía donde se puede observar a la ahora edil morenista en compañía de Mario Marín durante un evento político, apareciendo sonriente en fotografías y mostrando total apoyo al entonces gobernador.
Así como también estuvo presente en eventos del ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, evidenciando la poca congruencia política con la que cuenta la actual alcaldesa morenista.
CERCANA AL MORENOVALLISMO
El 29 de enero de 2018, Angélica Alvarado acudió a la comisión organizadora estatal de procesos internos del Partido Acción Nacional, donde presentó su registro como precandidata a la alcaldía de Huejotzingo.
Medios locales informaron las declaraciones de la panista, quien se jactó de ser simpatizante y profesar la doctrina panista en el tema del bien común, así como habló sobre los buenos gobiernos del PAN y que han puesto el ejemplo de lo que se puede realizar cuando en verdad se tienen las ganas de hacer algo, en referencia al mandato de Rafael Moreno Valle.
Para febrero de ese año, cuando se realizaron las votaciones, perdió la candidatura y, dos meses después, Lizeth Sánchez García, la entonces diputada con licencia, dio su respaldo a Alvarado para buscar la alcaldía por la coalición “Juntos Haremos Historia”.
Esto despertó la inconformidad de militantes del Partido del Trabajo, pues señalaron que la designación era un perfil externo y simpatizante del morenovallismo, por lo que no se encontraba dentro de las negociaciones que habían hecho para pertenecer a la coalición.
La coordinadora municipal del PT en Huejotzingo especificó que el partido sería el encargado de nombrar al perfil para la postulación, sin embargo, no se respetó y con ello se vulneraron sus derechos políticos; la petista Reyna Xochipa Morante, dirigente y fundadora del PT, con 12 años de activismo social, y ocho de activismo político, además de trabajar de la mano con el presidente del país, era el mejor perfil.
Sin embargo, desde las filas morenistas se trató de aplacar la polémica de su designación, a pesar de haber dejado semanas antes las filas del blanquiazul y formar parte del gobierno estatal pasado, en la Secretaría General de Gobierno.