Mitzi Barragán De la Llave
He platicado en las últimas semanas de cómo la nueva normalidad nos ha modificado y cómo nos ha reconfigurado. Es por ello que hoy platicaré de las “nuevas masculinidades” y cómo son supernecesarias en esta época pospandemia, entendidas como un proceso de resiliencia personal y familiar.
Para empezar, ¿qué entiendo por nueva masculinidad? Para finalidad de esta columna, se entenderá por “nueva masculinidad”, aquel varón que ejerce su masculinidad mediante el respeto, empatía y apoyo a su pareja, sus hijos o su familia, en realizar actividades que cualquier adulto funcional puede hacer, como lavar ropa, cocinar, cuidar a los hijos, realizar actividades de limpieza en el hogar, etc.
Antiguamente no era “bien visto” que un varón realizara labores domésticas o bien que supiera cocinar, y a veces mejor que una mujer, pero con este confinamiento que nos obligó a realizar labores domésticas por seguridad más que por gusto, ha permitido romper los estereotipos de género y vivir de una manera responsable y consciente la paternidad colaborativa y cómo ésta es un proceso de resiliencia.
Recordemos que la semana pasada platicamos de la resiliencia como la actividad de reconstrucción a partir de la reflexión y cómo hacemos frente a las adversidades de la vida para incluso salir transformados positivamente de ellas. Entonces, al practicar la resiliencia que va de la mano con la empatía, las nuevas masculinidades proponen la idea de promover el trato igualitario entre los hombres y las mujeres, pero, sobre todo, perder el miedo y cambiar el chip a verse femenino por realizar actividades colaborativas no sólo en el hogar, sino en la vida cotidiana.
Debemos fomentar entre todas y todos las nuevas masculinidades para vivir en una sociedad colaborativa, empática y resiliente.