POR: VÍCTOR GUTIÉRREZ
Alejandro Armenta Mier lleva una trayectoria de 34 años en la política. Su primera aparición en la administración pública municipal la realizó a los 21 años, cuando un conjunto de ciudadanos del municipio de Acatzingo, en 1992, a través de un plebiscito, lo hicieron presidente de esa demarcación. Armenta recuerda con mucho orgullo sus orígenes, y humildemente reconoce que, a pesar de lo duro que ha sido la vida, los consejos de su abuelita fueron los que lo motivaron a luchar pese a la temprana pérdida de su madre. El actual candidato al Senado de la República por la coalición Juntos Haremos Historia concedió una entrevista a Exclusivas Puebla, en la cual, cuenta cómo fue que ingresó a la política, así como también el por qué cambió de partido y se hizo, casi de la noche a la mañana, morenista.
Exclusivas Puebla (EP). – Alejandro Armenta, bienvenido a tu casa, mucha gente quiere saber sobre ti, cuáles son tus orígenes y, sobre todo, quién eres y cómo entraste a la política.
Alejandro Armenta Mier (AAM). – Muchas gracias a este medio que me da la oportunidad de poder decirle a la gente quien soy. Mira, yo soy un ciudadano de Puebla, nací en Izúcar de Matamoros un 9 de julio 1969. Mi origen paterno es de Izúcar, pero mi origen materno es de Acatzingo; desde muy temprana edad, quedé huérfano de madre y, antes de fallecer, por petición de mi madre, mi padre me llevó con mi abuelita y es así como ella me educó; crecí en Acatzingo junto con mi hermano. He vivido, desde entonces, atrás del convento en la 2 Norte #202, donde actualmente tengo instalada mi casa de gestión. Y es aquí donde me desarrollé en el ámbito político y administrativo desde los 17 años, cuando empecé mi vida pública gracias a las actividades universitarias al momento que estudiaba administración en la BUAP, mi alma mater, y me asignan la cabecera municipal de Acatzingo para hacer mi servicio social. Desde entonces, me desempeñé en los puestos más simples, desde abajo, y no fue hasta que en el municipio se llevó a cabo un plebiscito, el 9 de agosto de 1992, cuando yo realmente nací políticamente, como si fuera mi fe de bautizo político, ya que, en esa fecha, se me entregó el acta de cómputo de ese plebiscito que me designaba como presidente municipal de mi propia tierra, a petición de muchos amigos que me impulsaron y me pidieron fuera su máximo representante, entre ellos, había jueces de paz, ejidatarios, comuneros, organizaciones civiles, agrupaciones de campesinos, y otros.
EP.– Oye, Armenta, entonces, esto quiere decir que ¿llegas a la política, fundamentalmente, a la administración pública municipal por un acto social y no por apoyo de un partido en concreto?
AAM.- Yo no fui producto de un capricho gubernamental, ni de un sexenio, ni de un padrino. He tenido la fortuna, desde entonces, de transitar por tres a cuatro administraciones, incluyendo la propia, por méritos propios, por lo que te puedo decir que yo conozco 11 generaciones de presidentes municipales, del 90-93, la de tu servidor en 93 al 96 y la actual, son 11 generaciones dentro de las que he participado en diferentes actividades públicas y políticas.
Yo empecé realizando labores simples y después de gestión, lo que me permitió ayudar mucho a la gente y tener una cercanía con ellos. Yo, además, practico muchas cosas, como deporte, karate, me gusta la natación, también me gustan los animales, te puedo decir, con todo que tengo tres hijos, soy casado, me gusta el campo, entre otras cosas. Eso soy en términos generales, debo destacar mi labor como docente dentro de mi propia casa de estudios, esto, al ser profesor en la Facultad de Administración por siete años.
EP- ¿Quién te motiva a ingresar a la política partidista?
AAM. – Mira, en la realidad, fue mi propia abuelita que un día me mandó a llamar cuando yo le notifiqué que iba a ser presidente municipal de Acatzingo por plebiscito; estando con ella, me dijo que, ya que iba a entrar de lleno en la política en general, debía tener en cuenta tres principios básicos para que incluso me fuera bien y me valoraran en donde estuviera. Fue cuando me dijo, que para triunfar en la vida y para que me fuera bien, debería “ser útil, acomedido y agradecido”, son tres principios que enarbolo y aplico desde hace 34 años y, hasta ahora, he sido congruente con eso.
EP– Perdón, Armenta, hablando de congruencias ¿No te saliste de un partido para postularte a un cargo de elección popular por otro?
AAM. – Te lo digo claramente, siendo yo diputado local por el PRI, denuncié a varios de los alcaldes emanados de mi partido por corruptos y eso me valió las críticas y hasta las amenazas. Por eso, mi carrera dentro del partido se fue bloqueando porque nunca me retracté de mis actos y no eché para atrás la decisión que tomé en el Congreso local contra mis propios compañeros de partido, porque eso es lo que mi abuelita me enseñó. Por eso ahora estoy en el lado correcto de la historia, por eso ahora estoy dando todo en este contexto, porque vamos a combatir la corrupción en todos los ámbitos y, créeme, no estoy arrepentido de haber salido, porque hoy podemos ver la clase de partido que es el PRI.