Una movilización contra el arribo de inmigrantes que tuvo lugar este sábado en la ciudad chilena de Iquique terminó con la quema de pertenencias y carpas donde se alojaban estas personas
Varios de los manifestantes asaltaron lugares donde se encontraban los migrantes y además destruyeron sus carpas. También quemaron las pertenencias de varias de las personas que estaban acampando allí
EL RELATOR especial sobre los derechos humanos de los migrantes de la ONU, Felipe González, calificó de “inadmisible humillación” el ataque incendiario contra las pertenencias de las personas inmigrantes.
“Necesito cambiar, buscar un futuro mejor, un lugar más seguro. Quiero trabajar, casarme y tener hijos, pero acá no tengo seguridad”:
Migrante
BBC
La manifestación, llamada “No+migrantes”, congregó, de acuerdo a la información provista por la policía de Carabineros, a unas 5,000 personas que expresaron su rechazo a la ola migratoria que ha colmado algunos espacios públicos de la ciudad.
Iquique está ubicada unos 1,500 kilómetros al norte de Santiago, la capital de Chile, y en los últimos meses ha sido el epicentro de una crisis por la llegada masiva de extranjeros indocumentados por la región de Colchane.
Hasta la fecha son cerca de 3,000 personas las que se encuentran varadas en Iquique, gran parte de ellas después de haber entrado a Chile por pasos no habilitados en la frontera y haber cruzado la ruta hacia la costa.
Sin embargo, de acuerdo al reporte de las autoridades locales, varios de los manifestantes asaltaron lugares donde se encontraban los migrantes y además destruyeron sus carpas.
También quemaron las pertenencias de varias de las personas que estaban acampando allí.
El ataque, que fue calificado de xenófobo, fue rechazado por varios organismos entre ellos Naciones Unidas y el gobierno central.
El relator especial sobre los derechos humanos de los migrantes de la ONU, Felipe González, calificó de “inadmisible humillación” el ataque incendiario contra las pertenencias de las personas inmigrantes.
“El discurso xenófobo, asimilando migración a delincuencia, que por desgracia se ha vuelto cada vez más frecuente en Chile, alimenta esta clase de barbarismo”, señaló.
Crisis migratoria
En las últimas semanas se ha visto un aumento de extranjeros que intentan ingresar a Chile por zonas no permitidas.
Muchos de ellos ocuparon parques y lugares públicos de la ciudad de Iquique a la espera de regularizar su situación migratoria.
Ante la situación, el alcalde de la ciudad hizo un llamado al gobierno nacional para que resuelva los casos.
“Queremos que el Gobierno de una vez por todas se acerque a la comuna, converse con nuestras comunidades y fije políticas y acciones claras en torno a entregarnos seguridad y también a respetar nuestros derechos como aymaras”, le dijo al diario La Tercera el alcalde de Colchane, Javier García.
Por su parte, el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, respondió que el Gobierno va a seguir fortaleciendo el plan de fronteras con más personal y más medios técnicos “para poder detener el paso de personas que quieren ingresar a Chile de manera clandestina“.
Y además anunció que se van a retomar las polémicas deportaciones masivas, que la justicia chilena detuvo y que ha sido duramente criticada por organismos internacionales y de derechos humanos.
La mayoría de los migrantes llega desde Venezuela, y Haití buscando una oportunidad en Chile, pero, como lo señala la agencia EFE, entre las restricciones por la pandemia del Covid-19, la política migratoria y su escasez de recursos económicos quedan atrapados sin poder continuar el viaje por el país, durmiendo en albergues o en campamentos improvisados en las calles.
Según la Policía de Investigaciones (PDI) de Chile, entre enero y julio de este año se registraron 23.673 denuncias por ingreso al país a través de pasos no habilitados, lo que supone un 40% más respecto de los ingresos de todo 2020.
Haitianos buscan salir de Chile lo más pronto posible
“Necesito escapar de Chile. Eso es lo único que me importa”.
Es mediodía del viernes 17 de septiembre. Faltan pocas horas para que Pierre Cenatus tome el autobús que lo llevará desde la ciudad de Santiago a Iquique, al norte de Chile.
Desde allí, pretende trasladarse hasta la frontera con Perú y salir ilegalmente.
¿Su destino final? No lo sabe. Pero idealmente Estados Unidos o cualquier otro país donde pueda obtener un permiso de residencia.
El haitiano de 28 años lleva sus últimos 7 viviendo en Chile. Llegó en 2014, huyendo de su natal Haití, sumida en una profunda crisis tras el terremoto de 2010, y buscando un sueño: conseguir trabajo, justicia y un hogar donde formar una familia.
El mismo sueño lo compartían miles de otros haitianos que por esos años hicieron lo mismo y que fueron parte de la fuerte ola migratoria que llegó a este país sudamericano.
Sólo desde 2010 hasta 2017, el ingreso de haitianos a Chile aumentó de apenas 988 personas al año a 110.166, según cifras recopiladas por el Servicio Jesuita de Migrantes (SJM) con información de la Policía de Investigaciones (PDI).
La presencia de los caribeños le cambió el look a las ciudades chilenas más importantes, donde -para extrañeza de muchos- se podía ver gente negra (y hablando otro idioma) caminando por sus calles.
Pierre Cenatus consiguió trabajo en la construcción. Para ganar algunos pesos extras, también se dedicaba a vender dulces en la noche en el comercio ambulante. En total, lograba juntar unos 400,000 pesos mensuales (US$510).
Y, aunque al comienzo la situación pintaba para bien, el “sueño chileno” comenzó a derrumbarse de a poco hasta que en 2018 no logró renovar su permiso de residencia. Esto, sumado a la pandemia y a las escasas opciones laborales, hicieron que su situación se volviera insostenible.
Y hoy está dispuesto a todo con tal de salir de allí.