Por: Actual
El trastorno por estrés postraumático es una severa reacción emocional a un trauma psicológico extremo causado por una situación que consideras que pone en riesgo tu vida, como un terremoto, maltrato físico o emocional, tras haber sufrido un accidente de coche o una amenaza con un arma de fuego.
“El estrés es una reacción de supervivencia ante una crisis con la que el cuerpo se prepara en un estado de alerta máxima para poder responder”, explica la especialista Maricela Alvarado, directora de Consejería y Bienestar del Tecnológico de Monterrey de la Ciudad de México. El estrés postraumático es una secuela del mismo.
¿ Lo tendré yo?
Existen varios ‘focos rojos’ que apuntan al trastorno. Estos son: la angustia, ansiedad, insomnio, miedo, sudoración, taquicardia, problemas de memoria, una reacción de sobresalto frecuente y flashbacks o sucesos de reexperimentación.
Estos pueden venir acompañados de sentimientos como la culpa o la impotencia al preguntarte: ‘¿Qué no hice?’, ‘¿Qué pude haber hecho?’ ‘Quiero ayudar y no puedo o no sé cómo’.
Una vez que se identifican estas características en un individuo, lo mejor que se puede hacer es actuar lo más pronto posible.
No te tortures, ¡ Hazle frente!
1.– Empieza a “hablar de ello”.
Lo más inmediato que puedes hacer tras sufrir un suceso traumático es contárselo a alguien cercano. Te dará la oportunidad de digerir la experiencia, procesarla y volver a tomar el control de tu vida.
2.- Realizar ‘ayuno de noticias’.
Se refiere a evitar ver, leer o escuchar contenido relacionado con un desastre natural o hechos violentos.
3.- Busca apoyo emocional.
Es importante que te mantengas acompañada por personas con las que te sientas apoyada: amigos, familiares, miembros de alguna comunidad religiosa, incluso mascotas. También resulta de ayuda escribir lo que tienes en mente.
4.- Haz ejercicio.
Practica algo de ejercicio físico para estimular las endorfinas, que contribuirán a eliminar la ansiedad.
5.- Relájate.
Para aliviar la tensión apúntate en unas clases de relajación, donde te enseñarán técnicas de respiración que te ayudarán en los momentos difíciles.
6.- Cuida la alimentación.
Lo mejor será mantenerte hidratada y disminuir el consumo de carbohidratos y azúcares.
7.- Busca ayuda profesional.
Los profesionales de la salud física y mental son quienes mejor pueden atender estos casos. También, por ejemplo, puedes recurrir a líneas de apoyo como las que ofrece la UNAM. Tu problema puede ser más suave, tienes alternativas para que así suceda.