Eduardo Rivera Pérez, de inhabilitado a candidato
Dicen que en la política todo es posible, hasta lo imposible. ¿Quién hubiera pensado que Eduardo Rivera Pérez ganaría al Congreso del Estado un amparo que impide la inhabilitación por doce años y una multa millonaria de 25.5 millones de pesos?
Hagamos un ejercicio de memoria.
Hace casi un año, -el 5 de abril de 2017, para ser exactos-, la Comisión Inspectora del Congreso del Estado, concluyó que a Lalito se le tenía que iniciar un Procedimiento Administrativo de Determinación de Responsabilidades por el supuesto daño patrimonial en la cuenta pública de 2013 por hallar anomalías de 400 millones de pesos.
En ese entonces el ex alcalde había sido enviado como delegado especial a la alicaída campaña de la princesa de todas las derrotas, Josefina Vázquez Mota, quien contendía por la gubernatura del Estado de México.
Hay que recordar, a su vez, que Tony Gali tenía escasos tres meses en el cargo y las decisiones del Congreso seguían siendo -como hasta ahora- de Rafael Moreno Valle.
El Poder legislativo en el Estado ha sido utilizado como ariete político para perseguir a los actores políticos incómodos o que no aceptan someterse a los caprichos del ex gobernador.
La división de poderes ha sido sólo un eufemismo que sirve para engalanarse de demócratas. La verdadera razón de la inhabilitación era que Rivera hacía demasiado ruido en la postulación de la esposa de Moreno Valle, Martha Érika Alonso.
Lalo decía a los cuatro vientos: “Se trata de desprestigiar y bloquear a mi persona. El gobernador busca por todas las vías atentar contra mis libertades políticas y de expresión, sólo porque represento un riesgo para su proyecto personal y el de sus cercanos”
¿Qué cosas no?
Mágicamente, hace un par de meses vimos en una fotografía sentados a Martha Érika y a Lalo Rivera, con Tony Gali como testigo de honor.
Hoy Lalo es compañero de batalla de la esposa de quien le hizo la vida imposible como alcalde y que no se cansó de sobajarlo en público y en privado.
¿A poco ya se le olvidó cuando no lo dejaron siquiera asomarse al balcón en la ceremonia del Grito de Independencia? –Y eso que él (Lalo) era anfitrión-
¿A poco ya con este amparo perdonó la persecución de la cual fue objeto?, en la que incluso se rumoraba, tuvo que hipotecar su casa
La congruencia es la relación entre lo que se dice y se hace.
Vemos que en política la congruencia no tiene ningún valor.
Lo único que tiene valor son los intereses y conveniencias creadas por el poder.
Moreno Valle lo sabe.
Lalo ya lo entendió.
Martha Érika salió beneficiada.
Todos ganaron, menos la justicia.