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El Financiero
Economistas de Estados Unidos señala que muchos empleadores, de todas las ramas industriales, están teniendo dificultades para encontrar mano de obra, “en particular a la luz de las nuevas preocupaciones relacionadas con las variantes de covid-19″. Sin embargo, se mantiene el optimismo de que “estas barreras deberían desaparecer en los próximos meses“.
Los problemas del cuidado de los niños, el transporte, pero también los temores al contagio por covid-19, siguen siendo de hecho un obstáculo para el regreso al trabajo de muchos desempleados.
La mitad de los estados del país han reducido o incluso eliminado los subsidios excepcionales por desempleo que se han otorgado durante la pandemia, sin esperar a que expiren el 6 de septiembre, con el argumento de que estas ayudas incitan a los desempleados a quedarse en casa en lugar de buscar un trabajo.
La creación de empleo en el sector privado se ve como un primer indicio de la tasa de desempleo de julio, que se dará a conocer el viernes, y se espera que caiga 0,3 puntos hasta el 5,6%. Entre los sectores público y privado juntos se podrían haber creado casi un millón de puestos de trabajo.
Escasez de mano de obra eleva salarios en el país vecino
La pandemia y la escasez de mano de obra elevan los bajos salarios en Estados Unidos hasta alcanzar, en grandes empresas, los 15 dólares por hora, salario mínimo reclamado desde hace tiempo por los demócratas.
Los economistas dicen que hasta ahora el incremento no alimenta un riesgo de inflación. Las cifras de julio parecen darles la razón con un alza de precios que se desaceleró 0.5% respecto a junio (0.9%) y se mantuvo estable en un año.
“Por primera vez desde el fin de la década de 1990, los empleados con bajos salarios disponen de un poco de ventaja para exigir mejores remuneraciones económicas”, explica David Cooper, economista en el Instituto de Política Económica (EPI en inglés), un centro de análisis estadounidense.
Pese al alto número de ofertas disponibles, millones de estadounidenses están en paro. Muchos ya no quieren trabajar por un salario que consideran miserable.
Una de las consecuencias es que sectores como la alimentación tienen que limitar sus horarios de apertura pese al regreso masivo de clientes.
Para atraer candidatos, cada vez más empleadores ofrecen aumentos de salarios y prestaciones sociales.
Las farmacias CVS se unieron la semana pasada a la lista de grandes empresas —Amazon, Target, Chipotle, etc.— que decidieron pagar $US 15 por hora. Aunque sus trabajadores deberán esperar hasta julio de 2022 para que sea efectivo.
El gigante de la distribución Walmart anunció a finales de julio que pagaría la totalidad de los gastos escolares de algunos de sus trabajadores, en el más reciente esfuerzo del mayor empleador privado del país por atraer o retener asalariados frente a un competidor, Costco, que paga mejor.
“Las empresas no tienen otra opción que pagar”, estima Rubeela Farooqi, economista en jefe en High Frequency Economics. “Los que los demócratas no han podido lograr (imponer un salario mínimo de $US 15) lo están haciendo las empresas por causa de la pandemia”, dijo.
En Estados Unidos el salario mínimo federal es de $US 7.25, un nivel que no ha cambiado en 12 años, aunque varios estados imponen uno más elevado.
Desde su llegada al poder en enero, el presidente Joe Biden trató de modificar la legislación vigente, pero una fuerte oposición en el Senado lo obligó a renunciar a la propuesta.
Lo que sí firmó en abril fue un decreto que aumenta el salario mínimo de los trabajadores contratados por el gobierno federal a $US 15 desde principios de 2022, contra $US 10.95 actualmente.
La competencia entre empresas hace que por primera vez el salario promedio de empleados de supermercados y restaurantes rebase los $US 15 la hora, según el Washington Post.
“Cerca de 80% de los trabajadores estadounidenses ganan ahora al menos $US 15 por hora contra 60% en 2014”, señala el diario.
Y el alza salarial debería seguir el año que viene.
Los empleadores prevén aumentos promedio de 3% en 2022, según una investigación del gabinete Willis Towers Watson realizada entre abril y junio, contra +2.7% este año.
Pero los expertos no creen que la tendencia se prolongue obligatoriamente más allá de la pandemia. “Las estructuras de la economía estadounidense, que frenaron el crecimiento de los salarios (…) durante décadas, no han cambiado”, indica Cooper.
“Es un reajuste puntual de los salarios más débiles que va a conducir a un aumento del consumo”, nota por su parte Gregory Daco, economista en jefe de Oxford Economics, para quien no se trata de un fenómeno “excesivamente restrictivo para las empresas que pueden descargar el alza de precios sobre el consumidor”.
Farooqi augura un final al crecimiento de los salarios debido al alto número de trabajadores desempleados en el mercado.
“No es probable que los salarios sigan aumentando si las empresas pueden encontrar trabajadores fácilmente”, opina.
El salario horario promedio aumentó de 0.4% en julio comparado con el mes anterior, y de 4.7% en un año, según cifras oficiales.