Por Mino D’Blanc.
El talentoso actor Antón Araiza da vida a Francisco en la exitosa telenovela “El precio de amarte”, producción de la experimentada Carmen Armendariz, que se transmite de lunes a viernes a las 21:30 horas por “las estrellas”.
Platicamos con él gracias a las finas atenciones de la licenciada Rocío Rangel, de TelevisaUnivision.
MD’B: ¿Eres familiar de don Raúl Araiza y obviamente de sus hijos Raúl y Armando?
AA: Fíjate que no. Me lo preguntan desde la primaria. Estaba “El Maleficio” y ahí salía Armando; desde entonces me decían las mamás o los maestros: “¿eres algo de los Araiza?”. Ahorita que estoy más de cerca, el día que me los encuentre les diré: “no te conozco, pero has estado en mi vida desde chiquito”. Espero poder decírselos pronto.
MD’B: ¿Cómo llegó “El precio de amarte” a tu vida?
AA: La señora Armendariz conocía a bastantes de los actores del elenco y ese es mi caso. Trabajé con ella en “de mí” en plena pandemia y tres o cuatro años después me buscaron para integrar el elenco. La verdad es que no sabía qué personaje. Fui a hablar con ella, me vio junto con los directores y luego decidió que sería yo el personaje de Francisco Ferreira y la verdad es que estoy muy contento. Voy leyendo los capítulos poco a poco y voy descubriendo a este personaje que me tocó a mí, pues es un caramelo, es un regalo, un regalo primero tener trabajo, es un regalo formar parte de una producción de esta calidad y no me canso de decirlo el que es increíble poder estar con compañeros profesionales platicando, llevándonos bien, con una productora preocupada por la calidad y las relaciones que se dan entre los actores. Los directores son increíbles, nos cuidan muchísimo. Qué te puedo decir, todo el trabajo. Nosotros somos los que damos la cara en la pantalla, pero detrás de nosotros hay una cantidad de gente todos los días desde las 5:00 o 6:00 de la mañana hasta que termina el llamado, trabajando para esto. Cuando sale al aire empezamos a escuchar los comentarios y los resultados y decimos “¡Ay! ¡qué bueno! ¡qué bueno que está funcionando, que bueno que la están viendo!”.
MD’B: ¿Qué has descubierto de este personaje de Francisco que no te conocías y que tienes?
AA: La complejidad de estos personajes me interesa y me gusta mucho. Este personaje se construye a partir de que el asunto viene por dos mujeres. El personaje de Verónica Jaspeado de repente me toma de la mano, tiene una manera particular, amigable. La forma en cómo se van construyendo las relaciones, cómo me saluda mi hija, cómo me saluda mi hijo. Por más que sí me lo quiero imaginar, al no tenerlo, al no vivirlo en mi día a día es un poco complicado, pero ahí es donde entra el trabajo con los compañeros y las compañeras y que se va enriqueciendo. Francisco no sabe cómo lo va a llegar a saludar Scarlet Grueber en el papel de Amelia y ahí ocurre, entonces se dan el abrazo, le acaricia. Eso es padrísimo tener una paternidad adoptiva a través de esos personajes.
MD’B: ¿En qué te pareces a tu personaje?
AA: Es un personaje correcto y no porque vaya a ser yo el ángel venido del cielo , pero no me gustan los problemas, me gusta que las cosas se hablen de frente, soy muy reservado, y este personaje transita por ese lugar de que cada vez que se da cuenta de quién es esa mujer con la que compartió esa mujer con la que compartió la vida, se empieza a caer del pedestal, se empieza a decepcionar y creo que eso sí lo he vivido dos o tres veces de gente que te va rodando y dices “¡híjole, no está padre esta compañía!” y tienes que irte a otro lugar.
MD’B: ¿Cuáles son las principales fortalezas de Francisco?
AA: El personaje es muy recto. Se rige por la forma, es muy convencional, es de provincia y eso lo hace ser honesto, ser honrado, ser recto básicamente. No le gusta la traición, no le gusta la mentira. Eso hoy en día encontrar a una persona así es complicado, encontrar una persona que te confronte y que te diga las cosas como son. Eso creo que es una gran fuerza del personaje.
MD’B: ¿Cuáles son sus debilidades?
AA: El amor y el error de haber cambiado, de haber dejado a la mujer que amaba por otra que admiraba y que creía que podía ser una mejor opción. Eso le falló, le falló el cálculo y corre el riesgo de perder realmente lo que tenía por algo que era una ilusión.
MD’B: ¿Qué tanto cambia el personaje del inicio de la historia al final de la historia?
AA: El personaje se encuentra, empieza a tomar decisiones más dadas. Vive una experiencia que siempre ha querido tener y la consigue. Él va a buscar, no se espera que le vaya a ocurrir, tiene miedo ante esa posibilidad y al final cuando ocurre se da cuenta que era lo que estaba esperando y lo que hace que el personaje termine siendo pleno, muy iluminado y entregado a la vida y al futuro que se presenta frente a él.
MD’B; Si tuvieras de frente a tu personaje, ¿qué le dirías?
AA: Que confíe más en la intuición y no se deje llevar por la conveniencia. Eso es lo que le diría.
MD’B: Para tu punto de vista, ¿cuál es la diferencia de “El precio de amarte” con todos los demás melodramas que se han hecho y se están haciendo en la televisión mexicana?
AA: El proyecto busca en sí eso, regresar a los melodramas clásicos, pero sin embargo tiene muchos matices actuales, la velocidad, el ritmo, la cantidad de historias que antes era una sola historia central y toda la telenovela estaba enfocada en eso. En este caso son muchas, está la protagonista por supuesto, pero son muchas, muchas y el decir muchas me quedo corto. Cada núcleo familiar tiene muchas historias y eso al público le interesa porque el ver una sola historia no engancha tanto como el que esa historia vaya esparciendo diferentes ramas y se vaya complejizando. Eso es lo que tiene esta telenovela; es muy compleja, no te permite distraerte, va a una velocidad muy veloz. Te vas al baño, regresas y dices “¿y ahora qué personaje es ese? ¿y ahora qué pasó?” Creo que eso pesa muchísimo; es una telenovela breve, una telenovela muy veloz, tiene muchos personajes, muchas historias. Presenta un elenco diferente también; estamos combinados gente de cine, de teatro, de televisión y eso le da un sello muy particular y eso se busca desde la concepción del proyecto y eso es lo que hace único a “El precio de amarte”, la verdad.