Por fallas en los cajeros y un desorden en el cambio de tarjetas de los programas sociales, decenas de adultos mayores han esperado horas formados para poder cobrar su pensión del Bienestar.
Expansión Política
Con muletas, bastones y sillas de ruedas, decenas de adultos mayores han hecho filas durante horas en varias sucursales del Banco del Bienestar para cobrar la pensión de julio y recibir una nueva tarjeta bancaria, donde el gobierno federal les deposite este apoyo social.
La Secretaría del Bienestar, encargada de la dispersión de éste y otros programas sociales, anunció que, del 4 al 31 de julio de 2023, cambiaría las tarjetas bancarias de los usuarios que antes cobraban en BBVA.
Al acudir al Banco del Bienestar a cobrar el monto del bimestre julio-agosto, los usuarios recibirían la nueva tarjeta, otorgada por el gobierno federal. Sin embargo, por fallas en el sistema del banco y un desorden en el registro de los usuarios, el proceso ha demorado. Entre el 6 y el 13 de julio, Expansión Política documentó el caos que enfrentaron los adultos mayores, quienes esperaron hasta cuatro horas para ser atendidos.
LAS CONSECUENCIAS DE LA ESPERA
De pie, pese a que algunos caminan con dificultades, a veces bajo el rayo del sol y sin desayunar, las personas resisten afuera de los bancos del Bienestar. “Es que sí me voy, ya no cobré otra vez”, explicaba José Alfredo Jasso, un señor de 83 años.
Cansado de esperar y con dolor de espalda, el hombre, de playera roja y bastón, se recargó en un árbol plantado frente a la sucursal de la Avenida Dr. José María Vértiz, esquina con calle Esperanza, en la alcaldía Benito Juárez de la Ciudad de México.
El señor Jasso aseguró que no había cobrado la Pensión del Bienestar para Adultos Mayores desde diciembre de 2022. Primero, porque su tarjeta bancaria no funcionaba y en el banco del gobierno lo hicieron ir y venir tres veces sin resultados. Después, porque el apoyo social no le fue depositado en las fechas previstas. Este 10 de julio, esperó tres horas de pie, pero recibió el dinero.
La Secretaría del Bienestar informó previamente que se les pagaría en efectivo a quienes hicieran el cambio de tarjeta bancaria, y les solicitó acudir a las sucursales con identificación oficial, acta de nacimiento, comprobante de domicilio, CURP y un número de teléfono celular.
Sin embargo, las fallas del banco provocaron que el resto de personas beneficiarias también cobrara en efectivo y, en varias sucursales, no había dinero suficiente. “Me hicieron esperar cuatro horas y, cuando por fin pasé, me dijeron que faltaba dinero, que si quería regresar mañana”, dijo, molesta, la señora Teresa Jaramillo, quien acudió al banco de la colonia Roma Norte, en la alcaldía Cuauhtémoc.
SIN PROTECCIÓN A ADULTOS MAYORES
Los operativos de pago de la pensión a adultos mayores no contemplan las necesidades de su población. Al ser personas de 65 años y más, muchas padecen enfermedades o complicaciones físicas y los bancos no están preparados para recibir a decenas de personas al mismo tiempo. Tampoco hay personal suficiente en cada sucursal para asistir y orientar.
Afuera del Banco del Bienestar de la Colonia Del Valle, el señor Mario López, de 92 años, pedía ayuda para usar su celular. Necesitaba llamar a su familia para que lo recogiera, pero, entre el gentío y el desorden, no le habían atendido. Llevaba tres horas formado. “Es que no me sé regresar solo”, explicaba. “Me cambiaron el teléfono y a éste, sin teclas, no le entiendo”.
El señor solicitaba, además, orientación para usar los cajeros automáticos, cuando todavía no le indicaban que presentaban fallas. Esto pone en riesgo de robos a las personas. Diversas instituciones bancarias han alertado a sus usuarios de evitar estas acciones.
LA NECESIDAD DE UNA PENSIÓN
La Pensión del Bienestar para Adultos Mayores es el programa social estrella del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. A julio de 2023, 11 millones 408,304 personas reciben este apoyo, que consta de 4,800 pesos bimestrales, según datos de la Secretaría de Bienestar.
Sin embargo, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) ha alertado que éste y otros programas sociales federales llegan menos a la población más pobre. Según su informe de 2022, las transferencias monetarias representaron 18.7% del total de los ingresos mensuales de las personas más pobres en 2018 y, para 2020, esta proporción se redujo a 12.5%.
Pero en México, donde solamente un tercio de la población de 65 años y más tenía acceso a pensión por jubilación en 2020, este programa social resulta de ayuda en muchos hogares. Incluso, aunque otorgue 2,400 pesos al mes y la canasta básica alimentaria costara, en junio de 2023, 3,090.77 pesos en las zonas rurales y 4,277.95 pesos en las urbanas, de acuerdo con el Coneval.
“Es que aguantamos todo esto, las filas, el sol y, a veces, hasta los malos modos de los encargados, porque necesitamos el dinero”, subrayó Elena Colín, una señora de 77 años.