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Publicada originalmente en Puebla en Linea
De acuerdo con el columnista Héctor de Mauleón de El Universal, fuentes cercanas a la investigación de la aeronave donde la gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso Hidalgo y su esposo el senador Rafael Moreno Valle Rosas perdieron la vida, informaron a López Obrador que una pieza se desprendió de la aeronave, golpeó el rotor y provocó la caída en picada; se dice que esa pieza no había sido localizada.
El pasado 27 de diciembre, especialistas en accidentes aéreos de Canadá se trasladaron a Coronango para realizar un dictamen técnico del siniestro. En la investigación colaboraron expertos de Pratt & Whitney, empresa que fabricó las turbinas de la aeronave, de la compañía italiana Augusta, que diseñó el fuselaje, y de Rotor Flight Services, la encargada del mantenimiento de estas aeronaves.
Desde los primeros instantes el titular de Seguridad Pública reveló que no se habían encontrado restos de explosivos, “ni de ningún material distinto al combustible” en el aparato siniestrado.
En una de las conferencias que dedicó al tema, Durazo señaló que la hipótesis principal era que el helicóptero se había desplomado por una aparente falla mecánica.
El subsecretario de Transportes, Carlos Morán, reveló que, de acuerdo con los datos recopilados, el helicóptero “impactó contra el terreno de forma invertida, es decir, de cabeza”.
Alrededor de las 14: 30 horas del pasado 24 de diciembre, el C5 del estado de Puebla reportó el desplome de un helicóptero Augusta Modelo A-109S Grand. La División de Inteligencia de la Policía Federal entabló comunicación con el encargado de la torre de control del Aeropuerto Internacional de Puebla para recolectar datos y validar la información.
El encargado informó que según el plan de vuelo, la aeronave, con matrícula XA-BON, había partido del Centro Comercial Triángulo Las Ánimas Puebla y se dirigía al Helipuerto Radio Capital, ubicado en la alcaldía Miguel Hidalgo de la Ciudad de México.