Locales y turistas pueden visitarlos, pues abrieron sus puertas al público desde el pasado 28 de septiembre
Ignacio Badillo
Los Lavaderos de Almoloya, construidos en 1863, deben su nombre a que ahí se localizaba el ojo de agua de Almoloya, donde se celebraba el día de San Juan Bautista.
Aunque en ese momento existían más lavaderos públicos, los más famosos eran los de Almoloya, los cuales fueron construidos tras la demolición de unos más antiguos, que ya estaban deteriorados.
En su época, cientos de mujeres acudían todos los días para lavar la ropa, pues contaban con una pileta central que distribuía el agua hacia los mismos lavaderos ubicados a un costado, donde las mujeres, de rodillas, tallaban la ropa a mano.
Permanecieron activos durante 120 años, hasta 1983, cuando se cerraron y pasaron a ser parte de la historia de Puebla, siendo abiertos sólo para realizar exposiciones.
Fue entonces que, en mayo de 2022, los lavaderos fueron abiertos al público como un atractivo turístico; sin embargo, el Gobierno del Estado y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) determinaron que la zona podría colapsar, causando un accidente fatal para los visitantes.
Tras 16 meses de realizar trabajos en la zona, los Lavaderos de Almoloya reabrieron sus puertas a locales y turistas, quienes ya no pueden bajar a la zona de los Lavaderos, sino observarlos desde arriba para evitar el deterioro prematuro de los mismos.
Fue el 28 de septiembre que las puertas se reabrieron y miles de visitantes se han dado cita en el lugar, donde también se realizan proyecciones en las que se explica la historia e importancia de este lugar en la vida social de Puebla.