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Diana Pimentel
En entrevista para Exclusivas Puebla, Fito Rubio, compartió la complejidad que ha atravesado a lo largo de su trayectoria en las artes marciales mixtas y el cómo aún siendo veterano en este deporte, se enfrentará nuevamente a uno de los más grandes desafíos de su vida: ganar el cinturón del Lux Fight League.
A unos días de disputar el cinturón interino de Lux Fight League, Rubio, habló de los nervios, la disciplina y el camino que ha tomado para seguir peleando después de 20 años.
Rodolfo “Fito” Rubio, se encuentra a sólo días de enfrentar su tercera pelea por el cinturón dentro de esta organización y su mirada está puesta en una sola cosa: demostrar que la experiencia también se impone en la jaula.
“He peleado desde que el MMA no era tan conocido. Ahora me emociona enfrentar a jóvenes invictos como Mauricio, porque sé que tengo el nivel. Estoy listo para todo lo que pueda traer” comentó.
A sus más de 20 años en el deporte —19 como peleador profesional— Fito reconoce que los nervios siguen presentes, pero ahora juegan a su favor:
“Sí se sienten los nervios, pero me ayudan a estar más despierto, más listo. Ya no me paralizan, los aprovecho.”
Y es que esta pelea, que se celebrará el 25 de julio en Puebla, no es cualquier combate. Es la oportunidad de redimirse luego de haber disputado el título sin conseguirlo en ocasiones anteriores. Pero lejos de frustrarse, Rubio ha convertido cada derrota en una lección.
“He aprendido mucho de esas peleas. A ser más disciplinado, a corregir mi técnica, a entrenar más fuerte. En esta ocasión, me siento más fuerte, más listo que en las otras. Este es mi momento.”
Además de su propia preparación, Fito entrena todos los días con sus alumnos. Muchos lo ven no solo como un referente, sino como un mentor. Y aunque eso representa una carga adicional, él lo considera una fuente constante de motivación.
“Mi campamento lo hago con ellos. Me exigen, yo les exijo, y eso nos hace mejores a todos. Me gusta ver cómo suben su nivel, y eso me obliga a dar más. No me dejan caer.”
Pese a los años y la experiencia acumulada, las dificultades no han dejado de existir. Las lesiones, el desgaste físico, y la presión económica han sido parte de su día a día.
“Lidiar con las lesiones ha sido lo más difícil. Cuando no puedes patear o golpear, todo se complica. Y también está la parte económica, porque hay que sustentar el campamento, el trabajo, los entrenamientos… Pero todo ha fluido, gracias a Dios.”
Antes de cada pelea, Fito tiene un ritual simple pero significativo: se encomienda a Dios y confía en lo que ha construido día con día en el gimnasio. Esta pelea, asegura, representa mucho más que un cinturón.
“Representaría mucho para mí, para todo el trabajo que hay detrás, para mis alumnos. Es una motivación también para ellos, para que vean que todo esfuerzo vale la pena.”
El 25 de julio, Fito Rubio buscará demostrar, una vez más, que la experiencia puede llevarlo a obtener ese cinturón deseado.