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La Auditoría Superior del Estado (ASE), a cargo de Francisco Romero Serrano, tal como su nombre expresa, tiene la función de auditar o fiscalizar los recursos que el estado destina a diversos organismos e instituciones.
Ante tal premisa, es un acto de incongruencia que la ASE tenga auditores externos para realizar los procesos de fiscalización, pues bastante personal tiene como para sacar adelante las auditorías.
Es por ello que Francisco Romero Serrano debería prescindir de los auditores externos.
Cabe mencionar que, cuando llegó al cargo, Francisco Romero Serrano despotricó contra los despachos que estaban registrados anteriormente y se dedicó a meter a sus amigos.
Los actuales despachos de auditores mencionan que se les ofrece protección y que están arreglados sus contratos. Ante tal desconfianza, lo ideal sería que la ASE, no dependa de los auditores externos, bastante personal tiene como para que sola pueda sacar adelante las auditorías.
Es importante destacar que el titular de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), David Rogelio Colmenares, aseguró que no trabajará con auditorías estatales que contraten despachos para la realización de las auditorías.
Al respecto, comentó que la contratación de despachos externos para revisar las cuentas públicas de los entes fiscalizables es “echar a perder las auditorías”.
“Muchas veces, a partir de los congresos locales, se impulsaba la contratación de despachos, pero era como echar a perder las auditorías, entonces nosotros no vamos a trabajar con ninguna auditoría estatal que haga la fiscalización de los recursos federales con dependencias o instituciones privadas”, detalló el titular de la ASF.