Por: Felipe Flores Nuñez
A pocas horas
E n muy pocas horas, Andrés Manuel López Obrador será ungido como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos. Lo hará cobijado bajo un inmenso respaldo popular. Son muchas las expectativas, pero también las dudas. Y desde luego, no debe soslayarse, persiste por igual una buena dosis de incertidumbres. Queda claro que las formas de gobierno darán un giro sustancial; nada será igual a partir del sábado entrante y el deseo compartido, más allá de filias y fobias, es que la brusquedad de los cambios no lleguen a generar efectos reversibles y que sean en realidad para bien del país, de todos los mexicanos.
El cambio de gobierno se produce en un entorno inédito, en virtud de su triunfo del pasado 1 de julio: 30 millones de votos le conceden una legitimidad incuestionable y una mayoría absoluta en la legislatura federal y en buena parte de las estatales. El ámbito de maniobra es casi infinito; será tan eficaz como se conduzca. No obstante, pese al enorme potencial, su nivel de aprobación ha disminuido de agosto a la fecha de 64.6 a 55.6 por ciento, lapso en la que su calificación del uno al diez también se redujo de 7.4 a 6.8. Esas bajas obedecen al desgaste natural que devino de la muy larga etapa de transición. Su proactividad y la de su equipo, incluyendo a legisladores morenistas, llegó a rozar los extremos. No siempre fue asertiva. En esa ponderación caben declaraciones a veces contradictorias y otras desconcertantes, las vanas consultas respecto a la cancelación del aeropuerto, el tren maya, la nueva refinería… Eso y otras trivialidades serán pronto olvidadas. Lo que realmente interesa hoy, entre otros temas, transita al menos en tres vertientes.
Ahí estará, debe estar, la mayor atención durante los días venideros: seguridad, economía y estabilidad tanto política como social. En su conjunto darán bienestar, además que abrirán cauces a otros requerimientos; combate a la corrupción, procuración e impartición de justicia, salud, educación, el campo… La seguridad pública, de la que pende la seguridad nacional, es una alta prioridad. La mayor, en la percepción ciudadana. La propuesta de crear una Guardia que aglutine a todas las policías bajo el mando del Ejército pudiera ser una gran alternativa. Quizá, en las circunstancias actuales, la única. El Presidente electo había desdeñado la posibilidad de que el Ejército participara activamente en tareas policiacas. “Debe regresar a sus cuarteles”, lo dijo una y otra vez, pero debió rectificar aun sabiendo que se le cuestionaría, a falta de otra opción. Llevará tiempo armar y ordenar esa enorme infraestructura y más aún hacerla que funcione, que sea operativa, y sobre todo eficaz. Se trata de combatir a sofisticados grupos delincuenciales, abatir la corrupción, anular la impunidad. Hacer que prive la tranquilidad, la paz social. El reto es gigantesco, más no imposible, y contra lo que se diga, que el Ejército lleve el timón es un buen augurio. Para impulsar la economía se perciben proyectos viables y de alto contenido social, pero será indispensable ir de la mano del sector empresarial, porque de ahí proviene la inversión, local y extranjera, y la generación de empleos.
Hoy la iniciativa privada se muestra desconfiada, está al acecho; espera señales y acciones que inspiren confianza. Así ocurrirá. La estabilidad política, que contribuye a propiciar la social, podría estar en riesgo. Por un lado, es importante evitar más polarización, en todos los sentidos. Y por el otro, la amenaza de fracturar el federalismo podría generar rompimientos. No ha gustado la figura del super-delegado en todo el país. El tema de éste último rubro merece un comentario mayor. Lo haremos. El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, tenía 64.6% de aceptación en agosto pasado; en la encuesta realizada en este mes obtuvo 55.6%. Su calificación, antes de que tome posesión, pasó de 7.4 a 6.8. El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, cuenta con la aprobación de más de la mitad de la población mexicana, aunque dicho apoyo disminuyó entre agosto y noviembre de este año. Asimismo, la calificación que le otorgan los ciudadanos a su labor como presidente electo pasó de 7.4 a 6.8, de acuerdo con la más reciente encuesta nacional realizada por EL UNIVERSAL.
En agosto pasado, López Obrador tenía 64% de aprobación a su labor como presidente electo; en el ejercicio recientemente realizado obtuvo 55%, una disminución de nueve puntos porcentuales en los últimos tres meses. También aumentó en cinco puntos el porcentaje de quienes desaprueban algo o totalmente el papel desempeñado hasta ahora. En una escala del uno al 10, los mexicanos concedieron al presidente electo una calificación de 6.8, una disminución de 0.6 respecto de la encuesta realizada en agosto por esta casa editorial. Sobre la expectativa del cumplimiento de promesas de campaña, se reporta una disminución. En agosto, 64% de los mexicanos aseguró que López Obrador cumpliría sus promesas de campaña; en noviembre, menos de la mitad, 49% suscribió esta afirmación. También creció el porcentaje (20%) de personas que indica que cumplirá algunas promesas de campaña. Ante la pregunta de si México mejorará, seguirá igual o empeorará con López Obrador, seis de cada 10 asegura que mejorará, aunque en agosto la proporción era de 70%, aproximadamente, lo que implica una disminución de nueve puntos en tres meses.
El ejercicio más reciente revela que se duplicó el porcentaje de quienes creen que el país empeorará, pasó de 6.5% en agosto a 12% en noviembre.
1.- seguridad
2.- goberndores inutos después de votar en la segunda consulta ciudadana organizada por el equipo del gobierno de transición, el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, dijo que no será “rehén de nadie”, para tomar acciones en su gobierno, sólo del pueblo, al responder sobre la inconformidad expresada por 12 gobernadores panistas por la labor de los llamados superdelegados.
En entrevista desde la explanada de la alcaldía de Tlalpan, López Obrador señaló que mantendrá un diálogo directo con los mandatarios locales, pero enfatizó que no habrá marcha atrás en su estrategia de seguridad. Sí, claro que sí hay diálogo (con los gobernadores), pero no voy a ser rehén de nadie, no voy a dejarme chantajear por nadie; yo nada más tengo un amo y un mandato: el amo que tengo es el pueblo de México y el mandato que me dio el pueblo es acabar con la corrupción. Y voy a cumplir”, expresó. El mandatario electo manifestó que los gobernadores “son libres de expresarse” o proceder legalmente contra la tarea de los delegados estatales, y garantizó que será respetuoso de lo que determinen los poderes Judicial y Legislativo. Pero apuntó que los mandatarios locales “están nerviosos” porque se les van a terminar “los moches”. Nosotros no limitamos la libertad de nadie. También, que quede claro, ya no va a haber partidas de moches; o sea, ya no es de ‘vamos a negociar, me quedo callado, no critico, pero me vas a dar un presupuesto especial, un trato especial”, describió. Para la votación sobre los diez programas prioritarios en su gobierno, como el Tren Maya y aumentar al doble las pensiones a los adultos mayores, López Obrador llegó acompañado de su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, y de su vocero, Jesús Ramírez. A pregunta expresa, el político tabasqueño respondió que confía en que antes de las próximas tres consultas ciudadanas anunciadas se concrete la reforma al artículo 35 constitucional para que cuenten con el marco legal necesario, pues en el Congreso “ya se acabó el tortuguismo”.
Al final van a ser los ciudadanos quienes van a decidir, esto para el 21 de marzo, el natalicio del mejor presidente que ha habido en la historia de México, Benito Juárez, y el inicio de la primavera”, dijo. En la primera de las otras consultas se preguntará si la gente quiere que los expresidentes de la República sean investigados y, eventualmente, juzgados; otra será preguntar si están de acuerdo con la creación de la Guardia Nacional, que es parte de su estrategia de paz y seguridad. … nte cientos de elementos de las Fuerzas Armadas, el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, destacó su propuesta para la creación de una Guardia Nacional para hacer frente a la problemática de la inseguridad en el país. En su mensaje en el Campo Militar 1 A, de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el futuro mandatario convocó a los elementos a enfrentar la violencia que se vive en México.
PUBLICIDAD inRead invented by Teads Vengo a convocarles para que juntos de conformidad con la Constitución podamos enfrentar el grave problema de la inseguridad y de la violencia en nuestro país”, aseveró. Acompañado por el titular de la Sedena, el general Salvador Cienfuegos, así como por el secretario de la Marina, el almirante Francisco Vidal Soberón, criticó que no exista coordinación entre las Fuerzas Castrenses y la Policía Federal, motivo por el cual propone la Guardia Nacional. “El problema es que cada quien actúa por su cuenta: por un lado, el Ejército, por otro la Marina, la PF, las policías ministeriales, las estatales, ¿por qué no nos unimos? Si tenemos una Guardia Nacional para la seguridad pública, que es lo que estamos proponiendo, unirnos, para darle paz y tranquilidad a nuestro pueblo”, afirmó. Flanqueado por el general Luis Cresencio Sandoval González, propuesto para la Sedena, y el almirante José Rafael Ojeda Durán, para la Marina, pidió el apoyo a los uniformados para trabajar en unidad. Te puede interesar: Así es el uniforme de la Guardia Nacional “Que no sólo sea la defensa de la nación, la seguridad nacional e interior, sino la seguridad pública, porque eso lo necesitamos los mexicanos. Vengo a pedirles su apoyo, no a imponer nada”, aseveró.
Detalló que se presentó una reforma constitucional para que la Guardia Nacional pueda concretarse y así se ocupe de tareas de seguridad pública y no descartó la posibilidad de que se realice una consulta sobre esta nueva fuerza de seguridad. Indicó que se deben introducir e impulsar el respeto a los Derechos Humanos y el cumplimiento de los protocolos para el uso de la fuerza “Lo propongo porque le tengo confianza al Ejército y a la Marina. El soldado es pueblo uniformado”, afirmó. López Obrador, además reconoció a los secreatarios Cienfuegos y Vidal Soberón, así como al presidente Enrique Peña Nieto por su trabajo y la relación cordial en la transición de gobierno