Huffignton Post
Desarrollar un entorno propio de una smart city para una ciudad requiere de muchos preparativos, y quizá el más importante de ellos es el capital. Las ciudades necesitan inversionistas, quienes, afortunadamente, ven en los bienes raíces una de las inversiones más seguras y rentables. Sin embargo, los inversionistas son sumamente selectivos, y por ello no invierten en proyectos poco transparentes, o en otras palabras, en activos con antecedentes de corrupción, lo que es un problema para México. Así lo advirtió Andrew Baum, especialista de la Universidad de Oxford, quien en su explicación sobre cómo una ciudad puede obtener financiamiento para ser más inteligente (es decir, más sustentable y eficiente en temas de movilidad y seguridad), explicó lo que los inversionistas quieren, y lo que se les debe ofrecer. “¿Qué hace a una ciudad atractiva para los inversionistas? La transparencia, en primer lugar, ya que les da confianza; si una ciudad ha tenido problemas de corrupción, puede ser un problema… Como en el caso de México”, dijo durante su participación en el evento Smart Cities Exchange.
Otras de las características de una ciudad que dan certeza a los inversionistas son su nivel de liquidez; la disponibilidad de datos e inteligencia que tengan sobre sus retos y oportunidades; y, también muy importante, su nivel de infraestructura, tanto en servicios de salud como en transporte y educación. No obstante, parte de la innovación que ha traído la llamada property technology revolution (proptech, o revolución tecnológica inmobiliaria) ha ayudado a que la economía colaborativa sea una fuente de datos, tecnología y, por supuesto, financiamiento para construir ciudades más inteligentes consideró el investigador británico. De ahí que a opciones de financiamiento tradicionales como la deuda municipal y los subsidios fiscales últimamente también se puede hablar del fondeo colectivo (o crowdfunding) como una opción viable para levantar capital. Sin embargo, financiar ciudades inteligentes conlleva algunos inconvenientes, siendo uno de los principales que, al mejorar una ciudad, hay una mezcla de bienes públicos y privados para ello, lo que en términos de distribución de rendimientos para los inversionistas puede ser un problema, y también crea u debate de propiedad compartida entre ambas figuras. A pesar de esto, Andrew Baum enfatizó que las ciudades inteligentes necesitan capital para ser desarrolladas, y para ello hay que ser creativos. “Un financiamiento inteligente puede hacer ciudades inteligentes”, enfatizó.